lunes, 6 de septiembre de 2010

La oscura Antártida

Ilustración de Luis Scafati

Dejó escrito Lovecraft que "la incertidumbre y el peligro están siempre estrechamente ligados, convirtiendo así cualquier tipo de mundo desconocido en un mundo amenazador y lleno de posibilidades ominosas". Es quizás por eso que un lugar tan alejado e ignoto de la civilización como es el gran continente blanco ha ejercido un poder de fascinación para modelar algunas soberbias historias de terror de pureza nívea. El color blanco es símbolo de esta pureza primaria, pero también puede sugerir la palidez de la muerte; puede ser el opuesto de la negra muerte, pero a la vez entrar en el mismo dominio de la oscuridad y entremezclarse con ella debido a su indefinido y misterioso significado.
La Narración de Arthur Gordon Pym de Edgar Allan Poe supone la primera aportación literaria de nivel hacia el viaje antártico. En realidad esta novela corta es un relato aventurero que finaliza en el gran continente helado como una obra abierta y misteriosa. El relato de Pym es un continuo de historias de supervivencia en un mundo hostil que no dan descanso al lector y que permanecen para mí como un admirable ejemplo de cuento marítimo con sugerentes toques macabros. Los viajes y avatares de Pym culminan en los blancos hielos del polo sur, allí donde hasta ese momento ninguna expedición se había aventurado y es en ese último tramo de la novela donde Poe se pone misterioso e invoca un terror desconocido, conjurado por las herméticas palabras de Tekeli-li en boca de los nativos. Como bien nos apuntó Julio Cortázar en la introducción sobre la traducción que realizó de la obra de Poe, las palabras que surgen de los nativos son de origen hebreo y hacen referencia a lo oscuro, lo negro, la negación y lo sucio, pero este grito de Tekeli-li intenta ser para el autor un símbolo de esa blancura abismal y oscura, ese terror níveo a lo desconocido que anteriormente he sugerido. La narración de Pym acaba en este punto y es por este motivo por el que muchos críticos se ponen a divagar sobre las intenciones de Poe, ya que se trata de una obra de encargo. Se cuestionan si el motivo fue la imposibilidad de continuar la historia al no ver salida, o bien la posibilidad, como creo yo, de haber dejado un final abierto y misterioso que permitiera entrar la imaginación y la sugerencia del lector. Julio Verne, en su afán positivista por finalizar los misterios, realizó una continuación en su obra La esfinge de los hielos, pero es evidente que Verne no tiene nada que ver con Poe.
Quien sí supo tomar el testigo y realizar una aportación que corre paralela a la de Poe, pero que se adentra más en los misterios terroríficos de la Antártida, fue Lovecraft con su novela corta En las montañas de la locura. Lovecraft fue un declarado admirador de la literatura de Poe y en muchos de sus cuentos se deja notar esta ascendencia, por lo que era un digno sucesor para acometer y ampliar el misterioso significado del terror que emana del continente blanco.
Lovecraft hace referencia en su novela al relato de Poe y el narrador muestra su fascinación por el mismo en un claro homenaje; también aprovecha la literatura sobre las diversas expediciones que en aquella época se realizaron al polo para ofrecer una ambientación rigurosa del espacio que evoca.
Las novelas de Poe y Lovecraft comparten en su inicio ese punto misterioso de advertencia sobre historias difíciles de creer y como prevención a futuros viajeros. La narración de acontecimientos vividos en primera persona hacen que las historias estén repletas de una adjetivación forzada para recordar continuamente los sorprendentes acontecimientos que se van sucediendo y así hacer sentir al lector que lo increíble puede ser cierto. Lovecraft recupera el grito de Tekeli-li en boca de una misteriosa criatura y así se emparenta con el relato de Poe, convirtiéndolas en narraciones hermanas y verosímiles que ahondan en los terrores del continente antártico.
El terror de Lovecraft viene dado por la descripción de los ominosos paisajes de la gigantesca cordillera, donde se hallan las ruinas de las ciudades de antiguos habitantes pertenecientes a una mitología particular, creada y desarrollada por el mismo autor y a la que se han adherido numerosos escritores de su círculo, me refiero a los mitos de Cthulhu.
Los terrores más efectivos siempre han sido aquellos próximos, desde los que suceden en espacios conocidos hasta aquellos que se producen en la propia mente, pero Poe y Lovecraft demostraron que el misterio de lo inabarcable, del continente inhóspito y despoblado puede sugerir mucha angustia también.

20 comentarios:

  1. Cuando leí AGP llegué a la conclusión de que Poe no se sintió a gusto escribiendo esa historia. Le salió brillante porque era quien era, porque tenía una gran técnica y esa sensibilidad tan característica. Hoy esa historia se nos antoja absoluta y totalmente suya, pero quizá tiene elementos algo diferentes al resto de su obra.

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  2. He de confesar que todo ese inicio tan malsano me subyugó. La aventura de Pym es supervivencia en un mundo hostil y Poe forzando las tuercas constantemente para no dar respiro. La parte final tiene otro aire, pero para mí abre un camino nuevo y es que Poe fue precursor en tantas cosas. A Poe siempre se le ha colgado el sambenito de que se mueve mejor en los tiempos cortos y de hecho ésta es su única novela, pero para mí tiene momentos tan intensos como cualquiera de sus más admirados cuentos. Un abrazo Ramón.

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  3. Me ha encantado el artículo. Me descubro ante ti, Carlos. Estupendo y eso reconociéndote que no he leído ninguna de las dos novelas.
    De Poe, me leí enteritas sus narraciones extraordinarias. Las disfruté mucho. Pero no una novela.
    De Lovecraft, el famoso "Necronomicón" (creo que se escribe así).
    Pero me parece una muy buena entrada ésta por enlazar así a ambos narradores. Todo un acierto que, si las leo, recordaré siempre para leerlas juntas: primero la de Poe y, luego, la de Lovecraft.

    Lo que más me ha subyugado de esta entrada es su inicio, esa visión que comparto de la nieve, de la blancura gélida similar a la muerte. En mi blog, hace ya tiempo, publiqué un relatillo que recoge esta visión: "La cálida nieve". Es un lujo compartirla contigo.

    He seguido tu sugerencia y te doy la razón. Visto el blog de Rebeca Tabales, hojeado más bien, es una delicia. Te aseguro que me lo meto en mi lista, que deseo profundizar más en él.

    Besazos.

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  4. Hombre, las diferencias tampoco me refería a novelas y cuentos, que eso ya importa poco. Hace años que la leí pero me sorprendió para mal, no porque no sea buena, sino porque no tiene otras cosas que tienen los relatos. Lo que pasa es que luego el tema engancha, porque es lo más genuino de la literatura, la creación de un mundo y todo eso, y está hecho tan bien... Sería para una cerveza. Mejor en vivo que aquí, porque me expreso mal (mala cosa siempre tratar de explicar este tipo de "sensaciones" literarias)

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  5. Eres muy amable con tus palabras y me estimulan para seguir acercándome a la red.
    Poe y Lovecraft parecen dos almas enfermizas que comparten mucho y es que la influencia del primero hizo grande al segundo. La novelita de Poe es uno de esos clásicos imperdibles que contiene momentos inolvidables y además tiene la traducción de nuestro admirado Cortázar, con lo cual gana muchos puntos (para los que no nos movemos bien con el inglés claro). La de Lovecraft es otra cosa, quizás para los más aficionados al género pero es una excelente narración.
    Poe es muy explícito con el tema del terror proveniente del misterioso blanco y Lovecraft sabe recogerlo muy bien.
    Sabía que el blog de Rebeca te agradaría por como trata los temas, aunque lo siento porque te va a robar más tiempo del que nos dedicas. Un abrazo amiga Isabel.

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  6. Ramón, tu siempre eres muy claro con tus explicaciones y se deja entrever que reconoces la valía de Poe. Ciertamente es un relato muy largo que contiene todo ese mundo malsano al que nos tiene acostumbrados Poe en sus relatos, pero sobre todo es, como ya dije, una estupenda narración de aventuras marineras con mucha tensión (Pym sufriendo lo indecible en la bodega sin saber que está pasando, los tres marineros a la deriva muriendo de sed y hambre hasta que...). Te digo que me costaba levantar la cabeza de esa lectura porque me retenía con sus imágenes y eso es pura literatura.
    La obra de Lovecraft es complementaria pero muy diferente.
    La cerveza siempre está a tiempo para hablar, no para discutir. Un abrazo.

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  7. Recuerdo también a la criatura de Victor Frankenstein vagando por el Polo 20 años antes de que Arthur Gordon Pym se aventurase.

    Conocía la novela de Poe pero no la he leído. Fíjate que desde que me la recomendaron (décadas) he sido reacio a leerla por la cuestión más prosaica y frívola que te puedas imaginar: siempre he relacionado el nombre de AGP (su música, cómo suena) con el del protagonista de una historia infantil de tres al cuarto, a sabiendas de que no era así, pero algo me decía que Poe, que es mucho Poe, no podía haber bautizado a una criatura suya con ese nombre, y mucho menos titular así su única novela. En fin, Carlos,cosas mías.

    Me ha parecido sumamente interesante la conexión que haces entre Lovecraft y Poe y toda la información relacionada y todas tus impresiones que nos regalas tan bien explicadas.

    El hebreo siempre se presta al horror fantástico, a lo misterioso, a lo oculto, al lenguaje mágico. Debe haber alguna razón, algún origen...

    ¡Salud Carlos!

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  8. Bueno Hablador yo también pensé en Frankenstein para esta entrada, pero me ceñí a uno de los polos porque emparejaba de manera admirable a estos dos escritores y además la creación de Mary Shelley iba por otros derroteros.
    No me sorprende lo que explicas sobre la sonoridad de Pym, porque en mi juventud yo también lo creía así. Supongo que se etiquetó una gran cantidad de literatura como juvenil y con el paso del tiempo vamos descubriendo que ni Conrad, ni Kipling, ni Stevenson, ni Dickens, ni Twain, ni tantos otros son simplemente eso (aunque hay mucha gente que se niega a probarlas por ese prejuicio).
    Las llamadas lenguas muertas parece que mantienen esa esencia misteriosa gracias precisamente a eso, a que las desconocemos.
    Agradezco tus elogiosas palabras pero mucho más tus sugerentes comentarios. Un abrazo.

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  9. Los primeros capítulos de la historia son los mejores, para mi gusto. Poe parece retarse a sí mismo para saber cuánto tiempo puede mantenerse el horror en una escala ascendente de tensión narrativa. El blanco total llega a cegar, de modo que se convierte en negro, del mismo modo que la razón sin límites se convierte en locura. Poe era un maestro y, como tú dices, precursor de tantas cosas que casi parece imposible. Gracias por esta entrada.

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  10. Estoy totalmente de acuerdo en lo referente a los primeros capítulos marinos de Poe, donde crea una tensión angustiante que no te permite levantar la vista. Me agrada compartir buenos gustos con una lectora tan atenta como tú, Rebeca. Un abrazo.

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  11. Los esquimales son capaces de diferenciar más de una docena de tipos de blanco, y seguramente ninguno de ellos tiene nada que ver con el que nosotros conocemos.

    Me ha gustado mucho cómo nos has presentado tú el tuyo, o mejor dicho y sin ánimo de llamarte esquimal, algunos de los tuyos.

    Después de leer tu entrada me han entrado ganas de recuperar esa edición del Club Joven de Bruguera de la novela de Poe que leí de niño sin sacarle el jugo que ahora gracias a ti veo que se le puede sacar.

    Y por introducir una nota discordante con el discurso de Lovecraft, diré que a mí nada me parece más amenazador que los mundos conocidos.

    Un abrazo fuerte.

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  12. Como se desprende de mi último párrafo, comparto contigo eso de que el terror más amenazante es aquel más cercano, pero ese comentario me venía al pelo para introducir el miedo a lo desconocido que él buscaba.
    La novela de Poe, por más que estuviera editada en ese Club Joven, tiene mucho de macabro y pesadillesco como se ha comentado por aquí (aunque no podemos negar que en la juventud también son necesarias esas emociones fuertes).
    Por los comentarios vertidos hasta ahora veo que nadie se ha atrevido a incar el diente a las obras de Lovecraft (sigue quedando para muchos como un autor de frikis) y aunque yo no lo he degustado demasiado, creo que algunas de sus obras merecen una buena lectura. Al menos yo seguiré insistiendo. Un abrazo Jose.

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  13. Como siempre, muy sagaz, Carlos.
    Precisamente uno de estos días (creo que fue en Informe Semanal) vi un reportaje sobre el deshielo ártico y las nuevas rutas que se abrían para el comercio mundial y recordé textos de los exploradores de antes. Y me dio bastante miedo lo que decían en ese reportaje: ya no por lo del deshielo y el cambio climático (que lo vamos palpando a diario: magnífica la tormenta que se está montando en BCN en estos momentos)sino por la insistencia en la velocidad y en la insaciabilidad...
    Un abrazo!

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  14. Cierto Ana, ya no queda nada virgen y hasta los polos son destino turístico. Cuanto tiempo desde aquellas exploraciones donde el tiempo parecía no importar y en cambio ahora, como bien comentas, está dominado por ese reloj implacable que todo lo consume. Un abrazo para ti.

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  15. Estupenda entrada Carlos.
    Leí esta novela ya de mayorcito -años 80- y me pareció recargada de acción. No te has repuesto de un susto cuando te aparece el siguiente.
    No lo tengo a mano -estoy en La Alberca- y no puedo leer mis subrayados, si los hice.

    Ya apuntas las que podrían ser futuras entradas: sobre los Primigenios y otra sobre el círculo de amigos de Lovecraft, tan juguetones como los del Reino de Redonda.

    Muy acertada la reflexión final.

    Un abrazo, profe.

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  16. Eres mi alma gemela fantástica y siempre intuyo que tu eres de los que más disfrutan pues los temas te son tan próximos y queridos.
    La novela de Poe es genial en ese sentido, un crescendo sin final que demuestra que el autor era un torturador de personajes. Las notas finales, tan enigmáticas y de las que tanto se ha hablado, ayudan a relacionar con la obra de Lovecraft, mucho más descriptiva y fantástica.
    Ciertamente Lovecraft y su círculo dan mucho juego temático y todo se andará.
    Gracias por pasarte desde tu pequeño paraíso. Un abrazo.

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  17. Empiezo diciendo que yo tampoco he leído estas dos historias, pero me ha encantado la conexión entre ambas y tu manera sencilla de narrar. Hay paisajes que son de una belleza despiadada, para mí la nieve es uno de ellos y ni me quiero imaginar en la Antártida. El silencio, los vientos, el miedo a perder el rumbo, la desesperación y sin embargo la Antártida ha sido siempre tierra de exploradores.
    El miedo a lo desconocido, ya lo sabía Lovecraft, es paralizante. Alguna vez he tenido pesadillas en las que alguien me persigue en medio de la noche. Yo corro y corro desesperadamente, pero en un momento determinado tengo que girar la cabeza para ver quien me persigue, de otro modo el miedo
    a lo desconocido me inmoviliza. Creo que en la vida real haría lo mismo.

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  18. Supongo que tus sueños terminan al girarte y así seguir teniendo miedo a lo desconocido noche tras noche. Ciertamente es un terror en el que intentó ahondar Lovecraft y otros torturadores literarios que imaginaban entes desconocidos. Para mí, el otro terror más cercano es el que te inmoviliza, ese que también es desconocido pero que se puede crear en tu mente (como en las historias de Maupassant)o que puede surgir en las situaciones más comúnes.
    Me alegro que te haya gustado esta conexión que estuve completando mientras tu estabas por aquí y que pienso que finalmente supe enlazar. Un beso.

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  19. Ayer encontré el libro de Allan Poe en casa de mis padres y he de deciros que estaba confundido: no es la edición del Club Joven de Bruguera sino la de "Tus libros" de Ediciones Generales Anaya, 1982.

    Me ha resultado curioso leer el título original: "La narración de Arthur Gordon Pym de Nantucket. Comprende los detalles de un motín y la atroz carnicería del bergantín americano Grampus en su traveía a los Mares del Sur, en el mes de junio de 1827. Con un relato de la reconquista por los supervivientes, su naufragio y los horribles sufrimientos posteriores causados por el hambre; su liberación por la goleta británica Jane Guy; el breve crucero de este último buque por el océano Antártico; su captura y la matanza de su tripulación en un grupo de islas del paralelo 48 de latitud sur, a los que dio lugar esta angustiosa calamidad."

    Quizás pensó el autor que, al tratarse de una novela y estar él más acostumbrado al relato corto, el título debía ser proporcional a la extensión del texto. Es comprensible que los editores decidieran abreviarlo.

    No me olvido de Lovecraft.

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  20. Jose, el título original es un resumen perfecto de lo que te vas a encontrar. Pero mucho mejor su lectura, pues se lee casi de corrido al no dar respiro. Espero que disfrutes con su recuperación.

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