domingo, 14 de marzo de 2010

Un cajón de cuentos (VII): Al otro lado de la montaña de Michel Bernanos

Michel Bernanos podría ser reconocido como uno de los hijos del célebre escritor francés Georges Bernanos, quien eclipsó su corta e intensa carrera. Autor de cuentos, poesía y novelas policíacas, nunca firmaba con su verdadero nombre por respeto a la memoria de su padre, quien desde su poderosa atalaya de autor consagrado parecía imponer ese pudor en su hijo, a pesar de estar muerto cuando éste comenzó a publicar. De hecho, la mayoría de sus obras se publicaron después de su trágica muerte -se hablaba de suicidio debido a sus constantes trastornos y crisis-. Pero de toda su producción hay una novela corta o cuento largo publicada tras su muerte acaecida en 1967 que no firmó con seudónimo y que pasa por ser una auténtica obra maestra moderna de la literatura fantástica; se trata de La Montagne morte de la vie o Al otro lado de la montaña en su traducción castellana, historia publicada aquí por la editorial Valdemar en su brillante antología titulada Mares tenebrosos.
Este fascinante viaje de iniciación de un grumete, que sin darse cuenta pasa a formar parte de la tripulación de un barco de intenciones poco claras, es quizás una de las obras más terroríficas e imaginativas que haya leído, deudora del mismísimo Lovecraft y alma gemela del mejor William Hope Hodgson, es decir, de uno de los autores más sorprendentes de la literatura fantástica. Pero también siente la cercanía de las mejores páginas de Poe en su Narración de Arthur Gordon Pym y de la sabia escritura marinera y aventurera de Joseph Conrad. Estas referencias podrían ser suficientes para acercarse a esta historia, pero diría que es eso y mucho más.
El relato se divide en dos partes bien diferenciadas. En la primera, el joven grumete y narrador de la historia comprobará desde el primer momento el terror cotidiano, la crueldad de los tripulantes de ese barco maldito y sólo la ayuda de un cocinero que le acompañará hasta su viaje final podrá hacer soportable la estancia. Gracias a que la historia viene contada por el inexperto joven, vamos aprendiendo y descubriendo junto a él en un maravilloso proceso de identificación entre lector y narrador. El hambre, el sofocante calor y la terrorífica quietud del océano en calma desata los instintos de horror más primitivo con una agilidad descriptiva insuperable. Pero, después de la calma -terrible calma-, llega la tempestad, narrada prodigiosamente y aludiendo al holandés errante, veremos como la terrible succionadora Caribdis aparece en escena. Aunque este viaje al corazón del horror, que hace exclamar a su compañero Toine que el navío está gobernado por el miedo, no acaba aquí.
Una segunda parte lleva a los dos personajes hacia "un mundo patas arriba", "un paisaje de terrible belleza", uno de los episodios más sorprendentes de la literatura fantástica, lleno de descripciones de imaginación sin límites. El paisaje parece convertirse en una visión del infierno de la que sólo Toine parece darse cuenta desde el principio cuando afirma que "nos encontramos en las puertas del infierno. Quizás es el fuego de las almas perdidas el que ilumina estos cielos". Parecen encontrarse con el reverso de la creación divina, con paisajes de pesadilla, atrapados entre un mundo mineral y vegetal. Ambos sienten una inexorable atracción hacia las montañas que parecen marcar su destino en un impactante final.
El título original y los iniciales versos de Baudelaire que nos trae Bernanos -no olvidemos que Baudelaire fue el primer traductor de Poe al francés- parecen darnos una idea de ese destino final. Y yo complemento esos versos con otros del mismo autor que acaba El viaje en Las flores del mal diciendo:

Descender al abismo, ¿que más da Infierno o Cielo?,
Al fondo de lo Ignoto para hallar algo nuevo.

17 comentarios:

  1. Aquí estoy, sentado en el primer banco de la escuela de Don Carlos; con papel y lápiz y dispuesto a no perder detalle.
    No he leído nada de este escritor, y de su señor padre tampoco. Si está entre Poe, Lovecraft, Hodgson, Conrad... seguro que me interesará. Me haré con la edición de Valdemar (qué editorial, qué buen gusto) y ya te contaré.
    Hasta la próxima clase, Don Carlos.
    Un abrazo.

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  2. Me siento al lado de Thornton en el primer banco y apunto diligente la referencia, que este francés me es absolutamente desconocido.

    ¡Qué bagaje en obras de literatura fantástica! No asustes a tus peques, Carlos, aunque bien sé que no lo harás.

    Besazos.

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  3. Supongo que queda sitio en el primer banco para el tercero en llegar, que toma asiento entre ambos si se lo permiten sus compañeros más madrugadores.
    Esto sí que es un auténtico privilegio: poder atender las lecicones desde la primera fila y mirar a izquerda y derecha los apuntes de mis queridos amigos cuando me pierdo.
    Llega en buen momento la recomendación, ahora que estoy acabando con Jacobs. Aunque antes querría leer a Espinosa.
    Un abrazo y enhorabuena por otra fantástica entrada.

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  4. Carlos, de lo que yo tengo miedo es de entrar en tu blog porque cada vez que lo hago me rompes la lista de lecturas prevista. ¿Y ahora que hago yo? ¿Lo decido a cara o cruz; piedra papel tijera? o simplemente salgo corriendo y me compro "Al otro lado de la montaña".? Entre tu y Ana Rodriguez-Fisher me llevais de culo, y como además ando con la "Elevación..." de Casavella, pues imaginate el estres: un no parar. Creo que optaré por imaginarme los libros que no leo.

    ¡salud Carlos!

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  5. Me he reído un buen rato con las ocurrencias de estos alumnos tan aventajados. Ha sido llegar y ver la clase llena y lo cierto que os he imaginado allí sentaditos. Todavía me río.
    Maestro, con gusto le cedo mi silla. Thornton, ya veo que Valdemar para tí no es ningún secreto y por lo tanto, sabes que vas sobre seguro con esa antología (por lo demás una de las mejores que han publicado). Espero que me cuentes amigo, a ver que te parece. Un abrazo.

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  6. Isabel,gracias por continuar la diversión. El bagaje tampoco es tanto, aunque reconozco que la literatura fantástica es donde mejor me muevo. A mis peques no les asusto, pero el otro día me corte de contarles el cuento de La pata de mono (era de noche y las pesadillas podían llegar). Si te atreves con Bernanos ya me dirás (creo que este relato debe ser más interesante que toda la obra de su padre a quien también desconozco). Un enorme abrazo.

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  7. Jose voy a tener que cuidar con lo que recomiendo porque te lo lees todo. Otro que me ha provocado absoluta diversión.
    Espero que Jacobs haya sido de tu gusto. Si es así, creo que Bernanos te sorprenderá gratamente y como le dije al maestro toda la selección de Valdemar está a un muy buen nivel (de hecho ya ves que es mi editorial de referencia, por publicar excelentes obras olvidadas y grandes clásicos y hacerlo con exquisitez). Me alegra seguir viéndote por aquí. Un abrazo.

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  8. No te preocupes Mariano, porque yo también ando loco. Mi pila crece por momentos, se cae y cambia de orden constantemente. Cuando la gente sabe contar las cosas con pasión, como Ana o como Rebeca Tabales(a la que os recomiendo echarle un vistazo de vez en cuando) crees que no vas a tener tiempo de leer tantas cosas importantes en esta vida (es el eterno sufrimiento del buen lector). Yo por suerte te puedo leer a tí cada semana en pequeñas dosis. Un abrazo amigo.

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  9. Me apunto a la clase del buscador de Tusitalas. Ya hace tiempo que me matriculé a esta Academia. Ni idea, pero que ni idea, de este hijo, que de su padre sí (pero eso era lo fácil).

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  10. Tampoco conozco al autor, pero ya el hecho de que lo enlaces con el autor de Las flores del mal atrae toda mi atención. Me imagino su influencia en el descenso o ascenso a los infiernos.
    QUé más da infierno o cielo?
    Es el diablo quien tiene los hilos que nos mueven!
    Por cierto, no creo que pudiese haber un mejor traductor para las obras de Poe y es que yo creo que Baudelaire era la reencarnación misma de Poe.
    Lamentablemente no tengo este volumen de la editorial Valdemar por aquí cerca. YA sabes que yo también hago mis deberes siempre que puedo.
    Qué suerte profesor, este año te han tocado los mejores alumnos.

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  11. Ramón espero que gracias a vosotros el hijo pueda revelarse contra el padre de una vez y utilizar su nombre sin temor a mancillarlo. Me gusta el cachondeo del aula. Un abrazo.

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  12. Pues si Anabel, allí está Baudelaire, Poe y esos otros que cito. No me costó encontrar poemas infernales de Baudelaire y a Bernanos tampoco para pertrechar esta tremenda historia. No te preocupes que ese volumen y otros te esperan aquí. Ya ves como está el patio de juguetón. Un abrazo fuerte.

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  13. Pues yo igual que los otros niños, tomo nota. Me rompes la lista como Al Pobrecito Hablador... a quien le puedo decir cómo suelo solucionar yo el problema: Escribo todos los libros pendientes en orden alfabético, les pongo número y tiro un dado para que el azar decida por mí. Luego no sirve para nada porque siempre hay otro que me apetece más que le que toca, pero como decía no sé qué General, a la batalla hay que ir con un plan aunque luego no se use.
    Bueno, gracias por descubrirnos a este autor. Por cierto, si le quitas el bigote, ¿no se parece un poco a Liam Neeson?

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  14. Pues es para mí un auténtico placer provocar dudas en vuestra lista. Es un auténtico problema quererlo abarcar todo, pues detras de un interés surge otro. Y si encima quieres hablar en el blog sobre algo, lees lo necesario aparcando otras lecturas ( ¡uff! no debo dejar que el placer me estrese).
    De todas maneras, por tu afición al fantástico, creo que esta obra te sorprenderá gratamente. Un abrazo.

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  15. Gracias Rebeca. Voy a probar, aunque mucho me temo que la guerra está perdida. Hoy acabo de comprar Dublinesca y todavía no he acabado con Casavella...
    ¡salud!

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  16. He visto esa antología de Valdemar aunque no conozco al autor. Por tu reseña sé que me va a gustar este relato, tal como me pasó con Los piratas fantasmas de Hodgson o El negro del Narcissus de Conrad (este último quizá muy distinto pero me lo recordó ese ambiente soporífero que mencionas).
    Estupenda reseña, Carlos; me uno al grupo que va tomando nota de tus recomendaciones. :)
    ¡Un saludo!!

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  17. Andrómeda, está muy emparentada con las obras de Hodgson y si tienes buen recuerdo de ellas, te gustará seguro. Además la antología entera tiene muy buen nivel (en la línea más acertada de Valdemar). Anímate cuando las prioridades te lo permitan y ya me dirás. Un saludo.

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