El vasto romancero tradicional, las coplas de ciego, los cantos djudeo-españoles, las canciones sefarditas o la canción popular infantil tienen en común una voz que, desde hace más de cuarenta años, nos acompaña: Joaquín Díaz, que desde mediados de los años sesenta, ha ido recogiendo todo el rico material tradicional que estaba a punto de diluirse en el olvido. Más de 600 canciones grabadas, más de medio centenar de libros, centenares de artículos o la creación y dirección de la Revista de Folklore son credenciales suficientes para elogiar la figura de este etnógrafo de la música y músico al mismo tiempo.
Su trabajo de campo durante esos años enriquece y a veces supera el de estudiosos tan ilustres como Ramón Menéndez Pidal en el campo del romancero tradicional, porque Joaquín pone voz y música para preservarlos. Sin estas grabaciones, fruto de una copiosa recopilación de múltiples fuentes, es probable que muchas piezas que ahora tienen nueva vida se hubieran perdido.
Joaquín Díaz recorrió pueblos castellanos en busca de letra y melodía, para completar los bellos romances que la tradición había legado de viva voz. Se convirtió en el mejor difusor, ya que ha sabido recoger las diferentes variantes de un mismo tema para revivirlas con una nueva interpretación. En sus primeros discos, tuvimos la oportunidad de escuchar algunas grabaciones de las versiones que los propios aldeanos habían hecho suyas, gente mayor que todavía asumía el papel de transmisora de canciones y narradora de historias como los antiguos copleros ambulantes. No contento con esto, Joaquín introdujo su impronta personal, primero dando calidad a las piezas con su clara, fuerte y modulada voz; después con sus extraordinarias interpretaciones musicales, donde multitud de instrumentos tradicionales aparecían para reforzar la melodía y en tercer lugar, aportando en ocasiones melodías propias o completando textos, pero siempre desde el máximo respeto y con conocimiento claro del proceso de creación. Es su manera de mantener vigente lo popular y tradicional, pero convirtiéndolo en materia viva y en constante evolución.
Aunque cuando él empezaba a cantar en la universidad, en el año 1964, era visto como un "bicho raro" según propias palabras, porque lo que hacía ni siquiera pertenecía a la canción de autor, su tenacidad hizo que muchos otros grupos siguieran su ejemplo y su labor fuera reconocida. Hace muchos años que no da recitales, pero sigue rescatando multitud de textos gracias a discos y libros. Ha sido reconocido con multitud de premios a su carrera como intérprete e investigador, pero el gran público desconoce el trabajo tan ingente y necesario que ha realizado.
Hace cuatro años, en un viaje que hice por tierras castellanas, tuve el placer de visitar la villa de Urueña, un pequeño pueblo medieval de gran belleza, único pueblo español que tiene asignado el título de Villa del Libro (tiene trece librerías, un taller de encuadernación y un museo de la escritura), donde Joaquín estableció el museo de instrumentos musicales y de tradición popular, que contiene además una extensa biblioteca sobre el tema. Su llegada supuso la revitalización del pueblo, que han sabido conservar con respetuosas restauraciones.
De su extensísima carrera musical rescato aquí cuatro piezas y animo a escuchar su obra con el placer que yo sentí, desde que mi amigo Paco Gómez me dio la oportunidad de escuchar su valiosa colección de discos.
La primera es un vídeo musical para un programa japonés donde Joaquín Díaz explica y canta el famoso Romance del conde Olinos (que también cantara Paco Ibañez en la variante del Conde Niño). La segunda es una bellísima canción sefardí, que aprendí para cantarles a mis hijos como nana. La tercera es una dulcísima pieza de estribillo encantador que ha quedado grabado en mi memoria y que por tanto suelo cantar. Me conmueve sentir como mi hijo pequeño la tararea cada vez que me escucha (babas de padre). La última es un ejemplo del trabajo realizado en los primeros tiempos por Joaquín, un bello romance que se escucha inicialmente en boca de una aldeana.
Joaquín Díaz recorrió pueblos castellanos en busca de letra y melodía, para completar los bellos romances que la tradición había legado de viva voz. Se convirtió en el mejor difusor, ya que ha sabido recoger las diferentes variantes de un mismo tema para revivirlas con una nueva interpretación. En sus primeros discos, tuvimos la oportunidad de escuchar algunas grabaciones de las versiones que los propios aldeanos habían hecho suyas, gente mayor que todavía asumía el papel de transmisora de canciones y narradora de historias como los antiguos copleros ambulantes. No contento con esto, Joaquín introdujo su impronta personal, primero dando calidad a las piezas con su clara, fuerte y modulada voz; después con sus extraordinarias interpretaciones musicales, donde multitud de instrumentos tradicionales aparecían para reforzar la melodía y en tercer lugar, aportando en ocasiones melodías propias o completando textos, pero siempre desde el máximo respeto y con conocimiento claro del proceso de creación. Es su manera de mantener vigente lo popular y tradicional, pero convirtiéndolo en materia viva y en constante evolución.
Aunque cuando él empezaba a cantar en la universidad, en el año 1964, era visto como un "bicho raro" según propias palabras, porque lo que hacía ni siquiera pertenecía a la canción de autor, su tenacidad hizo que muchos otros grupos siguieran su ejemplo y su labor fuera reconocida. Hace muchos años que no da recitales, pero sigue rescatando multitud de textos gracias a discos y libros. Ha sido reconocido con multitud de premios a su carrera como intérprete e investigador, pero el gran público desconoce el trabajo tan ingente y necesario que ha realizado.
Hace cuatro años, en un viaje que hice por tierras castellanas, tuve el placer de visitar la villa de Urueña, un pequeño pueblo medieval de gran belleza, único pueblo español que tiene asignado el título de Villa del Libro (tiene trece librerías, un taller de encuadernación y un museo de la escritura), donde Joaquín estableció el museo de instrumentos musicales y de tradición popular, que contiene además una extensa biblioteca sobre el tema. Su llegada supuso la revitalización del pueblo, que han sabido conservar con respetuosas restauraciones.
De su extensísima carrera musical rescato aquí cuatro piezas y animo a escuchar su obra con el placer que yo sentí, desde que mi amigo Paco Gómez me dio la oportunidad de escuchar su valiosa colección de discos.
La primera es un vídeo musical para un programa japonés donde Joaquín Díaz explica y canta el famoso Romance del conde Olinos (que también cantara Paco Ibañez en la variante del Conde Niño). La segunda es una bellísima canción sefardí, que aprendí para cantarles a mis hijos como nana. La tercera es una dulcísima pieza de estribillo encantador que ha quedado grabado en mi memoria y que por tanto suelo cantar. Me conmueve sentir como mi hijo pequeño la tararea cada vez que me escucha (babas de padre). La última es un ejemplo del trabajo realizado en los primeros tiempos por Joaquín, un bello romance que se escucha inicialmente en boca de una aldeana.
Qué bonita entrada. Es necesaria esta labor callada, merece una ayuda generosa que espero que reciba. Recuperar lo amenazado, no permitir que desaparezca el legado humano es uno de los ejercicios fundamentales de cada generación.
ResponderEliminarMe ha emocionado la voz de Joaquín, los poemas, su enorme sensibilidad. El sephardí es precioso, el Dame la mano es muy triste. Tus peques son afortunados de tenerte de atento padre. Los padres no solo deben alimentar físicamente sino también emocionalmente, que es lo que queda. Es lo que se llama educación sentimental, y de eso tus peques van a ir bien servidos y te lo van a agradecer siempre. Un gran abrazo.
Qué letras! y qué maravillosa tradición la de los romances. A mí me gusta utilizarlos en mis clases y sorprender a mis estudiantes, aunque algunas veces me sorprendan ellos a mí cuando me cantan otra versión de un mismo romance. Y es que estos romances también llegaron a Latinoamérica y se han quedado en la memoria de sus gentes.
ResponderEliminarUna vez un amigo mío, de origen sefardí pero criado en los Estados Unidos, me cantó uno de estos romances. Todo empezó porque estábamos hablando de canciones infantiles y yo le pregunté si él sabía alguna en español. El me dijo que recordaba una que le cantaba su abuela, así que empezó a cantármela pensado probablemente que esa canción era patrimonio exclusivo de él y de su abuela. Su sorpresa fue cuando yo me puse a cantar con él, yo creo que se emocionó. Ya ves como las tradiciones siguen vivas en la memoria de mucha gente y gracias a Joaquin Díaz mucho más.
Gracias por esta entrada que como todas las demás está tan laboriosamente trabajada. Justo y muy merecido reconocimiento a Joquin Díaz.
Ramón, queda claro que su labor ha tenido repercusión especialmente en tierras castellanas. Yo confío que alguna vez todo su trabajo se vea recompesado, pero por mi parte le estoy muy agradecido por haberme acercado a esas piezas y haberlas podido integrar en mi día a día.Totalmente de acuerdo sobre la educación sentimental y sí, espero que algo quede. Un abrazo para tí.
ResponderEliminarGracias a tí Anabel por traernos esa maravillosa anécdota, que nos muestra lo que nos puede acercar la cultura.Utilizar este material para unas clases es una muestra de sabiduría.
ResponderEliminarSon unos cantares deliciosos. Qué gran labor la que lleva a cabo este Joaquín Díaz, verdaderamente encomiable. No conocía nada de él y ha sido todo un descubrimiento para mí.
ResponderEliminarMe ha encantado la anécdota que cuentas de Urueña. En una ocasión, estuve muy cerca y no entré. La próxima vez no ocurrirá así gracias a tu información.
Por todo, gracias, Carlos.
Pues te animo a descubrirlo plenamente. Su discografía se puede encontrar en internet, porque lamentablemente muchos de sus antiguos trabajos no han sido reeditados.Los romances de ciego, las canciones sefarditas o sus romances picarescos son una gozada (cuantas historias de malcasadas, de amores no correspondidos, de doncellas guerreras, de truculentos infanticidios,. y de poesía). Menos mal que existe un pueblo donde la cultura tiene tanta importancia. Gracias por tu amabilidad Isabel
ResponderEliminar"¡ahí le has dao!" Me despelleja el tema y lo sabes. Un abrazo amigo.
ResponderEliminarPaco
Soy tan ignorante que no sabía nada de Joaquín Díaz, pero me he quedado deslumbrado y no pararé hasta conocer su obra. Tu entrada, además de ser una maravilla, va ha resultar muy didáctica. Un saludo.
ResponderEliminarP.D. Sigue babeando con esos hijos, que nunca pasen hambre de padre.
Paco esto era por tí, naturalmente. Espero poderlas cantar pronto contigo. Un abrazo para tí.
ResponderEliminarGracias Thornton, pero aquí todos aprendemos y nos descubrimos los pequeños detalles que nos alegran la vida. Me alegro que te interese y, por supuesto, te animo a escucharlo (no te decepcionará). Lo de los hijos no tiene remedio.
ResponderEliminarBartok empezó haciendo lo mismo: grabando por los pueblos las canciones tradicionales interpretadas por los propios aldeanos. Y si conozco a Bartok, pienso que, aunque sólo fuera por proximidad, debería conocer también a Joaquín Díaz ¿no? Algo no acaba de funcionar bien en la cultura de este país.
ResponderEliminarGracias por esta entrada tan interesante y a Thornton por mostrarme el camino del blog.
Saludos.
Me alegra verte por aquí Jose porque el buen gusto siempre es bien recibido. Pues la verdad es que Joaquín Díaz es un personaje muy interesante al que le debo muchas horas de placer y por eso lo quería compartir. Si tienes la oportunidad de escuchar sus grabaciones de Romances más antiguas, te aseguro que descubrirás cosas sorprendentes. Gracias.
ResponderEliminarDel blog de Ana (antigua profesora de la UB) y del de Paco (compañero de clase) acabo en el tuyo y en este artículo sobre Joaquín Díaz. Si no la conoces, ésta te encantará. VICTORIA
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Z2gwKdN4VU4
Victoria, gracias por traerme de nuevo esta enorme pieza. Gracias a Paco tuve la oportunidad de conocer centenares de sus piezas y las tenía grabadas de sus discos que eran difíciles de localizar. Me he pasado horas y horas escuchando estas maravillas. Ahora tengo parte de su obra en CD,s y he podido recuperar sus antiguas grabaciones gracias a internet, para poder seguir disfrutando.
ResponderEliminarMe alegra que te hayas pasado por aquí a través de dos amigos comúnes. Vuelve cuando quieras.
¡Qué maravilla! Me sonaba vagamente Joaquín Díaz, no tanto el nombre como su voz y su música. Quizá aparecía por televisión cuando éramos niños, algo que sería inconcebible ahora (lo de que aparezca por televisión; me temo que volver a la niñez sería más sencillo...) Como señala Jose Lorente, algo falla en nuestro país cuando Joaquín Díaz es un absoluto desconocido, no ya para el público en general, sino también para los que presumimos de tener ciertas inquietudes culturales. En otros países, estos recopiladores de las joyas del acervo cultural son poco menos que héroes nacionales, como sucede con los Grimm o Afanásiev, nombres más conocidos en España que el del propio Díaz.
ResponderEliminarPreciosas melodías, maravillosas canciones, y un trabajo admirable de Díaz. No deja de maravillarme la riqueza de nuestro romancero.
Gracias por esta entrada a la que llego con casi dos años de retraso.
Un abrazo.
Me alegra saber que aprecias el trabajo de Joaquin Díaz. Te recomendaría que te hicieras con sus Romances,(esencialmente las ediciones antiguas que te puedes descargar porque ya no se han vuelto a publicar) que son centenares de piezas y todas ellas memorables. Sigue editando CDs, pero creo que lo mejor de su producción se halla en las cancioneros sefardís y los romances.
ResponderEliminarHace más de veinte años que lo descubrí y te aseguro que no ha perdido un ápice de su valor. Creo que era una cuestión de justicia reivindicarlo y como veo que sabes apreciar la buena música (especialmente la tradicional), este autor debías conocerlo.
Un abrazo.
Carlos, si me pudieras dar un dato de donde poder bajar la discografia del gran Joaquin Diaz, te quedaria muy agradecido. De hecho llegue a tu blog buscandola, encontre un sitio con los discos pero los links estan desactualizados hace tiempo.
ResponderEliminarmi correo jldeleonardo@yahoo.es
De cualquier forma gracias
Jose
Hola Jose Luis. Trato de responderte con un poco de tardanza.
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