Se dice que Jean Ray fue un personaje de leyenda con una vida cargada de literatura. Como siempre gustaba recordar, era nieto de una piel roja, una auténtica dakota de la que estaba muy orgulloso. Durante más de veinte años anduvo navegando por todos los mares del mundo y ejerció de traficante de alcohol y puede que de armas también. Personaje pendenciero e inabordable, libre y aventurero, con un rostro duro y semejante a una fantástica gárgola gótica (en feliz descripción de uno de sus amigos), un físico marcado a fuego y acero, fruto de peleas y amores tumultuosos. Su prologuista y amigo Henri Verne lo describía así: "¡Jean Ray! Se le llama cara de piedra, mano de piedra, corazón de piedra. Algo de verdad hay en esto. Esa máscara de brujo, de hechicero que habla de demonio a demonio con Satanás, cuyo perfil hace pensar infaliblemente en la hoja de un hacha; esa máscara no da la impresión de estar tallada en la carne, sino en una materia gris, extraída de los propios cráteres de la Luna; una materia que todos los soles, los vientos del mundo, de los siete mares y de los cinco continentes, han tocado, pero no la han marcado."
Jean Ray es el inspirado continuador de las aventuras de Harry Dickson, un Sherlock Holmes americano, y de multitud de relatos aventureros y folletinescos, pero sobre todo es el autor de una amplia obra fantástica que da origen a "la escuela belga de lo extraño". Su novela más famosa es la extraña casa de Malpertuis, sorprendente residencia de unos personajes muy especiales dominados por un particular demiurgo; obra original e insólita, aunque no me parezca la gran obra maestra que se pretende. Por contra, en sus relatos si que aparece un excelente escritor, creador de un terror en estado puro -especialmente en su magnífica La callejuela tenebrosa-, donde a través del recurso de los manuscritos encontrados se nos presenta una misteriosa calle que no existe en el espacio-tiempo y que es el lugar donde acontecen misteriosos y escabrosos crímenes. Los manuscritos nos presentan los acontecimientos desde el interior y el exterior y nos permiten atisbar cómo una fuerza misteriosa y difícil de describir provoca el miedo y el terror, un miedo que proviene de lo desconocido e inaccesible. En Ray, el terror no tiene forma y por eso angustia aún más.
Actualmente, es difícil encontrar obras de Jean Ray publicadas en España, pues a mi parecer no ha sido reconocido en su justa medida. Malpertuis ha sido publicada alguna vez y sus relatos se pueden encontrar dispersos por antiguas antologías (el comentado aquí se puede encontrar en la red). Con un poco de suerte se pueden adquirir unas Obras escogidas publicadas por Aguilar en 1965 en alguna librería o mercado de segunda mano, como me sucedió a mí. Entre tanta producción de género de baja calidad, no estaría de más reeditar a autores clásicos como este semiolvidado Jean Ray.
Jean Ray es el inspirado continuador de las aventuras de Harry Dickson, un Sherlock Holmes americano, y de multitud de relatos aventureros y folletinescos, pero sobre todo es el autor de una amplia obra fantástica que da origen a "la escuela belga de lo extraño". Su novela más famosa es la extraña casa de Malpertuis, sorprendente residencia de unos personajes muy especiales dominados por un particular demiurgo; obra original e insólita, aunque no me parezca la gran obra maestra que se pretende. Por contra, en sus relatos si que aparece un excelente escritor, creador de un terror en estado puro -especialmente en su magnífica La callejuela tenebrosa-, donde a través del recurso de los manuscritos encontrados se nos presenta una misteriosa calle que no existe en el espacio-tiempo y que es el lugar donde acontecen misteriosos y escabrosos crímenes. Los manuscritos nos presentan los acontecimientos desde el interior y el exterior y nos permiten atisbar cómo una fuerza misteriosa y difícil de describir provoca el miedo y el terror, un miedo que proviene de lo desconocido e inaccesible. En Ray, el terror no tiene forma y por eso angustia aún más.
Actualmente, es difícil encontrar obras de Jean Ray publicadas en España, pues a mi parecer no ha sido reconocido en su justa medida. Malpertuis ha sido publicada alguna vez y sus relatos se pueden encontrar dispersos por antiguas antologías (el comentado aquí se puede encontrar en la red). Con un poco de suerte se pueden adquirir unas Obras escogidas publicadas por Aguilar en 1965 en alguna librería o mercado de segunda mano, como me sucedió a mí. Entre tanta producción de género de baja calidad, no estaría de más reeditar a autores clásicos como este semiolvidado Jean Ray.
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