Ana María Matute -la mejor creadora del fantástico maravilloso en España- comentaba en una entrevista que cuando empezaba a escribir sus primeros cuentos de niña, intentaba ilustrarlos con dibujos que se parecieran a los de Arthur Rackham, pues era el dibujante que alumbraba sus sueños.
En la historia de los libros ilustrados, fundamentalmente en la literatura infantil, Arthur Rackham supuso el cénit de un período que es reconocido como época dorada de la ilustración. Este autor inglés, nacido en 1867 y que estudió en la Escuela de Arte de Lambeth, comenzó a trabajar con regularidad en una revista semanal llamada Westminster Budget, donde como reportero se dedicaba a la caricatura. Aunque su primer libro de ilustraciones data de 1893, no es hasta la publicación de los cuentos de los hermanos Grimm en 1900 y sobre todo con la edición limitada de Rip van Winkle de Washington Irving, que adquirirá la fama y el prestigio que ya nunca le abandonarían. Después llegarían todos sus grandes trabajos: Peter Pan, El sueño de una noche de verano, Ondina, El anillo de los Nibelungos, Los viajes de Gulliver, Alicia en el país de las maravillas, El viento en los sauces, los cuentos de Edgar Allan Poe o una recopilación de relatos maravillosos y populares llamada El libro de las hadas de Arthur Rackham.
De sus dibujos destacan por un lado aquellos que hizo en blanco y negro, donde en ocasiones consigue componer una escena con una o dos líneas, otras veces los recarga con multitud de líneas y puntos para expresar una sensación de angustia y en otras aparecen las figuras negras sobre fondo blanco, como en una composición de teatro de sombras. En todas ellas, el espíritu de la obra se refleja con mucha claridad y sencillez.
Pero sus composiciones más atractivas son sin duda sus acuarelas de color, con suaves colores donde los tonos y medios tonos se combinan magistralmente dando una sensación de difuminado que logra evocadoras estampas de ensueño. Allí aparecen sus amenazadores árboles con raíces de miedo, sus paisajes abigarrados que ocultan seres inesperados, sus tiernos y encantadores duendes, elfos o hadas junto a grotescos ogros y personajes guiñolescos de largas extremidades. También crea imágenes de una sensualidad extrema, especialmente con sus figuras femeninas.
La evocación de los mundos de fantasía tuvo en Arthur Rackham a su mayor creador, con una influencia que ha llegado hasta nuestros días: C. S. Lewis, autor de Las crónicas de Narnia, quedó impresionado con las imágenes que Rackham pintara para El anillo de los Nibelungos y probablemente creo su obra bajo la influencia del dibujante; cineastas como Tim Burton o Guillermo del Toro han reconocido abiertamente el influjo de sus ilustraciones. La lista sería más larga de lo que pudieramos pensar, pero lo mejor para apreciar la obra de este genial ilustrador es contemplarla y por eso he realizado este video (contiene música).
De sus dibujos destacan por un lado aquellos que hizo en blanco y negro, donde en ocasiones consigue componer una escena con una o dos líneas, otras veces los recarga con multitud de líneas y puntos para expresar una sensación de angustia y en otras aparecen las figuras negras sobre fondo blanco, como en una composición de teatro de sombras. En todas ellas, el espíritu de la obra se refleja con mucha claridad y sencillez.
Pero sus composiciones más atractivas son sin duda sus acuarelas de color, con suaves colores donde los tonos y medios tonos se combinan magistralmente dando una sensación de difuminado que logra evocadoras estampas de ensueño. Allí aparecen sus amenazadores árboles con raíces de miedo, sus paisajes abigarrados que ocultan seres inesperados, sus tiernos y encantadores duendes, elfos o hadas junto a grotescos ogros y personajes guiñolescos de largas extremidades. También crea imágenes de una sensualidad extrema, especialmente con sus figuras femeninas.
La evocación de los mundos de fantasía tuvo en Arthur Rackham a su mayor creador, con una influencia que ha llegado hasta nuestros días: C. S. Lewis, autor de Las crónicas de Narnia, quedó impresionado con las imágenes que Rackham pintara para El anillo de los Nibelungos y probablemente creo su obra bajo la influencia del dibujante; cineastas como Tim Burton o Guillermo del Toro han reconocido abiertamente el influjo de sus ilustraciones. La lista sería más larga de lo que pudieramos pensar, pero lo mejor para apreciar la obra de este genial ilustrador es contemplarla y por eso he realizado este video (contiene música).
Bonito video y música. Gracias.
ResponderEliminarQuerido Carlos, me vienes al pelo.Estoy trabajando el cuento y aprovecharé para apuntar la ilustración. Es una maravilla el texto y muy bien elegido el video. Saludos.
ResponderEliminarPaco
Es un placer que te pueda echar una mano virtual. Se agradecen mucho tus comentarios. Un abrazo.
ResponderEliminarQue buen articulo! Muy interesante! Y gracias por tu comentario tambien!
ResponderEliminarSe agradece. Arthur Rackham merece ser mejor conocido como el gran ilustrador que fue
ResponderEliminarCarlos realmente está excelente tu post. Muy bien realizado el video, un placer para la vista ver tanta belleza junta. Indudablemente la pintura, la literatura y la música se mezclan de una manera asombrosa para hacer del arte una maravilla.
ResponderEliminarYo sigo disfrutando observando los detalles de este gran ilustrador. Como tu dices un placer para la vista, que he querido ampliar con el placer para el oído. Gracias por el comentario.
ResponderEliminarMaravillosa entrada sobre este gran artista, Carlos, me voy envuelta en la magia del estupendo video, gracias.
ResponderEliminarSaludos.