lunes, 13 de junio de 2011

Los secretos del bosque

El bosque es un territorio de fuerza simbólica muy antiguo. Lugar de sombras, caos e inseguridad pero también espacio de paz y refugio para aquellos que no demuestran temor. El bosque es uno de los elementos fundamentales y vertebradores de gran parte de los relatos que pertenecen al fantástico-maravilloso, pues como señala Vladimir Propp en Las raíces históricas del cuento: "el bosque del cuento maravilloso, refleja por un lado, la reminiscencia del bosque como lugar donde se celebra el rito y, por otro lado, como entrada al reino de los muertos".
Un universo de características tan mágicas, capaz de desarrollar una creencia religiosa que atribuye alma propia a todos los seres, orgánicos e inorgánicos, y a los fenómenos de la naturaleza, es decir, al animismo, no puede pasar desapercibido a la creación literaria. El folklore popular y la literatura fantástico-maravillosa han otorgado al bosque y los seres que lo habitan un papel preponderante en sus textos. La función de árboles, plantas, elementos o animales en la narrativa del maravilloso puro es esencialmente formar parte del entramado como algo natural pero con entidad propia o en palabras de Todorov "los elementos sobrenaturales no provocan ninguna reacción particular ni en los personajes, ni en el lector implícito. La característica de lo maravilloso no es una actitud hacia los acontecimientos relatados sino la naturaleza misma de esos acontecimientos".
En 1935 publicaba Dino Buzzati El secreto del bosque viejo, un pequeño libro con armazón fabulístico que representa un auténtico canto a la naturaleza urdido con poético texto. La historia habla de ese bosque y los seres que lo habitan, de sus propietarios oficiales y de sus moradores y esencialmente de la relación que se establece entre ambos. El viento, los árboles o los pájaros recobran ese espíritu animista y conviven en ese misterioso y mágico espacio con la gente del pueblo en perfecta comunión. La llegada del coronel Procolo, como nuevo amo del bosque, altera la relación de sus habitantes debido a su rudeza y su huraño carácter, pero también significará una inadvertida conversión en el corazón del propio coronel. Aunque Buzzati nos dice que "el mundo no está capacitado para conocer los encantos del bosque", es evidente que él los conoce, los desgrana y nos hace ver que la comunión entre bosque y ser humano nos hace mejores, aunque también advierte que "los animales y las plantas manifiestan una mayor vitalidad cuando se sienten acompañados de los niños y sus dotes de expresión aumentan hasta producir verdaderos coloquios".
Y es que en El secreto del bosque viejo hay cuervos vigías que advierten de la llegada de extraños, vientos que combaten por el dominio del bosque, genios que forman parte del alma de los árboles, asambleas de pájaros capaces de juzgar la maldad del coronel y todo ello relatado con la naturalidad de un lenguaje que no nos hace sentir extraño todo lo que cuenta. El bosque, a través de la fábula, ejerce de espacio redentor para el coronel Procolo en el momento de la muerte, enraizando así con historias clásicas como El gigante egoista de Wilde o tantas otras donde el protagonista queda purificado por sus acciones finales.
Pero el misterio del bosque que nos proporciona Buzzati se encuentra en su forma de mirar la realidad, en su asombrosa capacidad de crear imágenes serenas, aunque de enorme fuerza dramática. Quizás solo Wenceslao Fernández Flórez en El bosque animado fue capaz de crear un tapiz semejante, con la salvedad de haber separado espacio animístico y humano. 
Ya escribió Borges que: "Podemos conocer a los antiguos, podemos conocer a los clásicos, podemos conocer a los escritores del siglo XIX y a los del principio del nuestro, que ya declina. Harto más arduo es conocer a los contemporáneos. Son demasiados y el tiempo no ha revelado aún su antología. Hay, sin embargo, nombres que las generaciones venideras no se resignarán a olvidar. Uno de ellos es, verosímilmente, el de Dino Buzzati".

19 comentarios:

  1. Allá donde hay misterio, oscuridad, enigma y temor hay siempre un artista dispuesto a ocultarse o a desentrañar.

    No hay lugar más vivo que un bosque, no hay muerte más viva que la que palpita en un bosque.

    El bosque es un mundo cerrado que se rige con sus leyes. Y en el bosque de la literatura Borges actúa de cuervo: el vigía ciego que graja.

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  2. Muy interesante entrada, y qué placer esta coincidencia de gustos. Buzzati es un absoluto maestro del relato. Hace unos años leí la colección que publicó Acantilado y me maravilló. Tanto es así que releí El desierto de los tártaros, que en mi primera lectura me había parecido un tostón, y desde entonces es uno de mis libros de cabecera, signifique eso lo que signifique.
    Interesantes también tus observaciones sobre el bosque. El libro de Propp, aunque en algunos aspectos se ha quedado anticuado, me sigue pareciendo fascinante. Y desde hace años tengo pendiente la lectura de Paisaje y Memoria, de Simon Schama, un ensayo de 5 kg sobre cómo el bosque ha moldeado la forma de pensar en occidente. Algún día, cuando necesite ejercitar mis bíceps, le echaré el guante.
    Un saludo.

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  3. Me gusta que cites a Propp. Por más que algunos lo encuentren anticuado, yo a menudo me encuentro recordando las cosas que dijo respecto de los cuentos cuando leo según qué cosas. A mí me parece muy vigente. Buzzatti es, me doy cuenta, una lectura que debería frecuentar más. Tomo nota. Y tomo nota también del libro de Simon Schama que cita El niño vampiro; me lo recomendaron hace tiempo y me había olvidado de él.

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  4. La lectura de El desierto de los tártaros creo que es una de las más gratificantes que pueda haber, y estoy con Borges, salvando la infinita distancia, en que será uno de esos clásicos que pasado el tiempo quedará como imprescindible. Respecto a la visión del bosque, y no sé si viene demasiado al caso, recordar al insigne Hayao Miyazaki y sus películas La princesa Mononoke o Mi vecino Totoro, porque creo que en ellas se puede observar ese animismo del que hablas. Sé, por otras entradas tuyas, que es un director al que admiras. Creo, sin embargo, que queda por escribir un novela contemporánea que use el bosque como escenario y lo aborde de un modo novedoso, de tal modo que toda esa tradición relacionada con él nos llegue libre de un lastre consabido; lo que es lo mismo,que aparezca un nuevo Dino Buzzati.

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  5. Hablador, la imagen de Borges como cuervo vigía literario fascinante.
    El bosque es un escenario literario que recorre todas las culturas y todas las épocas. Me gusta perderme por el.
    Un abrazo.

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  6. Niño Vampiro, cualquier lectura de Buzzati es una maravilla y coincido contigo en que la colección de "Sesenta relatos" publicada en Acantilado es una de las mejores antologías de cuentos de un autor que conozco. Ahora debo enfrentarme a Drogo y su fortaleza, pues creo que entre otros me espera a mí.
    Propp sigue siendo un analista del cuento y folklore muy válido, aunque se centre en la literatura rusa. Tomo nota de tu recomendación que desconocía totalmente y que desde luego toca de lleno lo que he pretendido esbozar.
    Un placer leerte aquí y en tu blog. Saludos.

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  7. Como dije en la anterior respuesta Elena, yo también considero que Propp sigue teniendo mucha validez en el análisis del cuento, máxime cuando no existen muchos estudios al respecto (o los desconozco) y es citado por gente como Calvino, Todorov y otros.
    Prueba con relatos de Buzzati como "Los siete mensajeros", "Pánico en la Scala", "Una gota" o "Siete pisos". Memorables.
    Un saludo.

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  8. He reconocido que me falta el Buzzati mayor y ya siento vuestra presión. Me llama desde la estantería.
    Juan Manuel, me alegra mucho que hayas sacado la figura de Miyazaki (a quien tanto admiramos). Totalmente cierto, es un director que destaca por su tendencia a recrear el animismo en sus fabulosas películas (¡y de que manera!). Cualquier amante del buen cine debería sacudirse el prejuicio de los dibujos y dejarse llevar por la belleza de sus propuestas, algo único en el cine contemporáneo.
    Por cierto ¿conoces "El bosque animado"?
    Un saludo.

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  9. Carlos, vuelvo de Berlín. Y algún día hablaré de cómo el bosque puede entrar en un cementerio. ¡Impresionante!
    Un abrazo!

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  10. Estaré esperando tus palabras, de las que tanto aprendo. Me intrigas.
    Un abrazo.
    P.D. ¡Que gusto Berlín en esta época!

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  11. El bosque animado lo tengo en algún lugar oculto, creo que en una edición de Salvat. No he llegado a leerlo, pero sí vi la versión cinematográfica que se hizo. Es una de esas lecturas pendientes que nunca llegan a materializarse.

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  12. La versión cinematográfica, aún siendo de bastante calidad, obvia las historias animistas que son excelentes todas ellas. Tuve la oportunidad de releerlo no hace mucho y me dejó mejor sabor de boca que en la primera lectura. Un libro indispensable de la literatura española. Saludos.

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  13. Sí que tiene fuerza simbólica el bosque, querido Carlos. Basta con acudir a los cuentos de la infancia y a esos bosques físicos que tanto nos atemorizaban, como el bosque de Caperucita Roja. Ya de mayores, el bosque es un lugar virgen, poblado de seres que desconocemos, invadido de peligros que acechan.
    Incluso, el bosque puede ser usado en sentido metafórico para aludir a estados enmarañados o vivencias turbias. Me viene a la memoria la excelente novela de Djuna Barnes "El bosque de la noche", una gozada lírica de expresión exuberante.

    Por lo demás, otro más que no he leído, Dino Buzzati, y que apunto. Uf... Me faltará vida para leer todo lo que quiero.

    Un abrazo.

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  14. El otro día me perdí por el bosque.
    Fue en los Puertos de Beceite. Me propuse atravesarlos con la bicicleta sin medir del todo bien las distancias ni las fuerzas. El caso es que empezó a anochecer y lo que con buena luz eran pistas forestales seguras para un globero civilizado, se transformaron en un caos de subebajas difícilmente distinguible de la naturaleza circundante en todo su esplendor. Supongo que los jablalíes, cabras hispánicas y puercoespines con los que me iba topando en mi precipitado regreso, huían despavoridos cegados por el estridente diseño de mi maillot. Esa tarde encarné al monstruo del bosque para toda esa fauna. Sobra decir que el más atemorizado era yo mismo, aunque en este caso por diferentes motivos a los que me hacen estremecer cuando me miro en el espejo disfrazado de ciclista.

    Me ha costado darme cuenta, confundido por un juego óptico, de que el bueno de Dino no peinaba tupé al más agresivo estilo afterpunk.

    La entrada deliciosa, claro... Y ganas de leer a Buzzati, por supuesto...

    Un abrazo fuerte.

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  15. Isabel, la literatura maravillosa de nuestra infancia tiene como espacio privilegiado el bosque, un lugar tan atractivo y misterioso aún fuera de la literatura. Es un mundo aparte que a veces encuentra quien lo escribe bien, como en el caso de Dino Buzzati. Te animo a leerlo, un gran clásico moderno por descubrir. Abrazos.

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  16. Recuerda que eres un superhombre Jose, pero no perturbes demasiado a la naturaleza con tus apariciones estridentes y fantasmales, no sea que Iker Jiménez te confunda.
    Siempre con tu buena chispa en los comentarios. Tus percepciones ópticas siempre van más allá (¿no será que lees con aquellas gafas que vendían en nuestra infancia, con las que se traspasaban muros y ropas?).
    En todo caso Buzzati es una buena lectura que te agradará en versión corta. Un abrazo.

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  17. He de reconocer que desde siempre, el bosque es la imagen que más apela a los arquetipos de mi cabeza. El mar o los ríos, los edificios o los paises lejanos, selvas o el futuro me pueden atraer mucho o muchísimo en ocasiones, pero nunca tanto como un buen bosque. Y es curioso porque no me he criado entre bosques (que me encantaría) y porque en un bosque creo que tardaría en perderme (en uno de los buenos) unos 0.3 segundos. Pero siempre que leo acerca de personajes en un bosque, me siento "en casa". La atracción que me genera la naturaleza salvaje del mismo es sorprendente incluso para mi.

    Algunos bosques nunca se iran de mi cabeza. Los bosques de "El señor de los anillos", especialmente el bosqeu de Tom Bombadil" o los bosques en que los Ents (los pastores de árboles ) campaban a sus anchas, parecen gritarnos: "Una vez estuvimos aqui. Ya no. Por vuestra culpa". Muchos otros (un favorito particular: "Desde los acantilados de mármol", de Ernst Junger) forman parte de mi imaginería libresca.
    No conocía el relato de Buzzati (mi desconocimiento de los italianos....) y parece extremadamente atractivo. ¿Sabes si hay alguna edición más o menos localizable? La unica que encuentro es de hace 25 años...

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  18. Te has explicado maravillosamente bien Oscar. La simbología y mitología, además del misterio que encierra el bosque es lo que nos provoca tanta atracción. De hecho me ha picado la curiosidad por indagar más y mejor sobre el tema, con el libro apuntado por Niño Vampiro.
    La obra de Buzzati se está publicando en la editorial Gadir y en Acantilado y ésta la encuentras en la primera. De todas maneras, de Buzzati te recomiendo muchísimo "Sesenta relatos" publicados en Acantilado. Cuando leas el primero, no querrás dejarlo. Saludos.

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