La ucronía es un término que define aquella literatura que especula sobre la historia, construyéndola sobre datos hipotéticos o ficticios. Pero escribir historia sobre la base de "qué hubiera pasado si" es probablemente algo absurdo, que no sirve ni siquiera como advertencia sobre las bondades o maldades del camino seguido por la humanidad. Y es que plantear una historia alternativa en términos medianamente científicos es algo notoriamente estéril, porque significa especular sobre una concatenación de hechos que se van abriendo en un abanico de infinitas posibilidades. En cambio, escribir ficción ucrónica que altere los hechos históricos es una forma atractiva de creación, donde el autor moldea los sucesos con la intención de crear situaciones que provoquen reacciones en los personajes, diferentes a las que se pudieran haber dado en una situación real y permite disponer de un margen amplio de maniobra al no verse encorsetado por el rigor histórico que muchas veces parece exigírsele al escritor.
La ucronía, debido a su temática de alteración histórica y por tanto de recreación de situaciones posibles y diferentes a las vividas, ha sido muy utilizada en el género de la ciencia-ficción. Y aunque no soy un lector que se mueve habitualmente en este género, el atractivo que supone una narración que modifica la historia acaecida tras la II Guerra Mundial me ha llevado a la lectura de una obra clave de Philip K. Dick: El hombre en el castillo, una narración que no pertenece propiamente a la ciencia-ficción, si nos atenemos a los rigores del género, sino que más bien emerge como una elucubradora ficción posible de la historia. Dick, un escritor de brillantísimas ideas que se engloba habitualmente en la ciencia-ficción, propone una alteración histórica donde Alemania y Japón han ganado la guerra y han acabado ocupando y dividiendo Estados Unidos. El mundo se ha visto totalmente descompuesto por esta victoria, aunque esencialmente la novela se centra en este país donde los norteamericanos son tratados como una raza inferior y donde se van dando cita una serie de personajes que se entremezclan para conformar el tapiz de esa posible historia alternativa. Pero la magia de esta novela proviene de las dudas que nos provoca Dick con su inesperado y abierto final, donde la realidad que nos está contando parece ser otra, pues dentro de la novela se intercala otra titulada La langosta se ha posado, escrita en base a las predicciones del I Ching, donde se especula con la posibilidad de que Alemania y Japón no han ganado la guerra, lo cual provoca un juego metaliterario que alienta la duda y da origen a la posibilidad de mundos alternativos.
Sin embargo la sorpresa en este tipo de ficciones proviene de un autor consagrado como Philip Roth que hace unos años escribió una brillante ucronía titulada La conjura contra América, donde especulaba con la posibilidad de que el aviador y héroe americano Charles Lindbergh -primer piloto que cruzó en solitario el Atlántico- ganaba las elecciones a la presidencia de Estados Unidos en 1940. La historia recoge que Lindbergh fue un declarado defensor de la no intervención en la guerra, un personaje que no dudo en culpabilizar a los judíos por su deseo de involucrarse en el conflicto y un confeso admirador de las tesis nazis que le llevaron a recibir una cruz distintiva por los servicios prestados al Reich.
El panorama nada alentador que supone la victoria de Lindbergh para los judíos en América es narrado por un joven Roth. Es la historia de la familia Roth en un barrio judío de Newark, con elementos recogidos de su propia vida pero filtrados por la ficción, pues como deja claro el propio autor: "Hay que ser muy ingenuo para no entender que un escritor es un actor que representa la obra que mejor se sabe, sin restar importancia a cuando se pone la máscara de la primera persona del singular". Su mayor acierto es que trabaja esta convulsa historia desde la cotidianidad de los avatares de una familia media, integrando los acontecimientos históricos bajo la perspectiva de sus vidas. De esta manera, la fuerza reside en los personajes, como si se tratara de una crónica familiar en medio de una convulsa época. Las angustias, obsesiones, miedos y vaivenes de esta familia y de los personajes que se mueven a su alrededor, constituyen uno de los mejores retratos sociales que haya leído en mucho tiempo.
Aunque la resolución de los acontecimientos pueda parecer algo forzada, es evidente que la fuerza de la novela no reside en estos. Solo cuando Roth observa y retrata la época, evitando la fácil crítica al antisemitismo y trascendiendo desde lo local a lo universal por medio del comportamiento de sus personajes y proporcionando los detalles cotidianos que hacen verosímil esta ucronía histórica, atisbamos la auténtica obra maestra que es.
Sobre el posible didactismo de este tipo de obras ya he ofrecido mi opinión al principio, pero creo que en la obra de Roth sí existe una lectura interesante, como bien aclaró en un escrito sobre la novela: "Todo lo que he hecho ha sido despojar el pasado de su fatalidad, mostrando cómo las cosas podrían haber sido diferentes. Por qué no ocurrieron es otro libro, uno sobre los afortunados que somos los norteamericanos. Solo puedo reiterar que en los años 30 estaban esparcidas las semillas para que pasara lo peor, pero no fue así. Y los judíos acabaron siendo lo que son porque no fue así (...) La conjura contra América es un ejercicio de imaginación histórica. Pero la historia tiene la última palabra".
Hola, Carlos:
ResponderEliminarPrimero: Odio a blogger, acaba ed tragarse una entrada larguísima que te había puesto como comentario a este magnífico post. A lo mejor lo ha visto excesivo y me lo ha censurado....
Segundo:
Magnífica entrada.
Adoro a P.K Dick y su obra me parece esencial en el siglo XX (aun se oyen las voces airadas de los que se quejaban de que la "Library of America" que atesora las obras de los mejores autores del siglo XX de los estados unidos, hubiera dedicado tres volúmenes a un autor de ciencia ficción, la primera vez que lo hacía). Y esta obra es la preferida para mi de las muchas que le he leído. La existencia de más de una realidad entrecruzada en ciertos puntos es magistralmente revelada en esta obra. El asomo de Nagomi a ese otro mundo donde no hay pedetaxis, los policías son blancos y el uso del iChing en la calle no es entendido por la gente sino como un juego, es decir nuestro mundo, es una parte del libro que me emociona cada vez que la leo.
Respecto de Roth, esta obra también es magnífica (y mucho menos diferente de la realidad que la primera, la historia de Lindbergh merece la pena de leerse). algo por debajo en mi opinión respecto a la de Dick, pero todo es opinable. El final, estoy de acuerdo en que es mas flojo y lo menos importante.
En realidad creo que la Ucronía sirve para recordarnos lo frágil que es la línea que separa la "Historia" tal como la conocemos hoy y cualquier otra variante de la misma que podría haberse presentado con solo una tenue variación de cualquier hecho o acontecimiento.
Muy interesante tema y buenas obras.
Una entrada muy interesante. Philip K. Dick era provocador y genial en casi todas sus obras. En cuanto a Roth, no he leído esta novela, pero precisamente estoy preparando un trabajo que, entre otras cosas, toca las ucronías y me apresuro a añadirlo a mis lectura pendientes para llevarlo a cabo.
ResponderEliminarExcelente entrada. Yo no he leído la obra de Dick, aunque está en mi lista desde hace tiempo, pero sí he leído la de Roth, que me pareció muy buena y con algunos momentos escalofriantes.
ResponderEliminarEl tema de la ucronía es interesante cuando está bien hecho; de lo contrario, se trata en el mejor de los casos de un entretenimiento bastante olvidable.
Enhorabuena por el blog.
Propones ideas fracamente interesantes y eso provoca en mí el deseo inmediato de réplica, aun a riesgo de equivocarme, pues al pensar en lo que dices no puedo dejar de preguntarme si la literatura en el fondo no es un modo de pretender cambiar la historia y, por tanto, una necesidad por parte de quien escribe de generar ucronías que lleven al lector a tener de la historia una imagen bien distinta y, sobre todo, estéticamente bella.
ResponderEliminarO bien puede que la literatura sea una de las formas de plantea una situación o realidad o un problema de manera totalmente independiente de la situación histórica concreta del momento.
ResponderEliminarPero ni autor ni lector pueden sustraerse de ella, de la historia. La literatura es un modo de comunicación entre entes de carne y hueso que habitan un lugar y un momento determinados, y la interpretación que se hace de una obra literaria se hará desde la historia; de ahí que el autor, por muy fantasioso que sea el argumento de su obra, de algún modo procurará que el lector descubra en ella una manipulación o una interpretación de la misma. No sé si me explico. Creo que cuando Angela Carter escribía una de sus novelas, por poner un ejemplo, estaba en el fondo modificando la Historia para que el lector contemporáneo a ella, y más tarde el lector futuro, pudiese tener una imagen más atractiva, o no, de lo que ella interpretó de la realidad.
ResponderEliminarEn fin, un tema fascinante éste. Siento estar empleando este espacio para hacer elucubraciones seguro que absurdas y pido disculpas a Carlos.
¡Espléndido Carlos!
ResponderEliminarVoy a plagiar tu disertación en mis clases.
Celebro el desmarque sobre la obra de P. K. Dick..., y en cuanto a la novela ucrónica... ¡Qué pena que en nuestras letras sólo haya producido disparates lorquianos (en torno al final de Lorca, acalaro: lo de que fue recogido por unas monjitas y tal...)
Oscar te agradezco tu insistencia por comentar.
ResponderEliminarLo cierto es que Dick es un escritor muy atractivo y agradecido para cualquier lector. Quizás no sea un escritor redondo en sus maneras, algo tosco y sencillo en su escritura, pero todas sus ideas son de una originalidad sorprendente. Me alegro de que empiece a reconocerse fuera de los círculos habituales de los amantes del género. De hecho, el cine hace mucho tiempo que está vampirizando sus argumentos porque son muy originales.
A mí Roth se me ha aparecido como un grandísimo narrador y con esta obra me ha dejado con ganas de más, como la última que ya comentaste y que por fin ha aparecido traducida.
Si aportáis alguna obra más sobre el tema, pues se agradece. Un saludo.
Elena, aunque la obra de Roth es una ucronía no deja de ser una soberbia obra de Roth. El tema le sirve para desarrollar esa sabiduría narrativa que parece ir mejorando con los años.
ResponderEliminarDe Dick me encantan sus cuentos, pues es un escritor de buenas ideas que en el género corto encajan mucho mejor para mí. Pero esta novela es una buena excepción sobre esta regla. Un saludo.
Se agradece tu opinión niño vampiro, pues me he paseado por tu blog y veo que compartimos muchas buenas lecturas. Desde ya me apunto a tus lecturas.
ResponderEliminarNo conozco muchas ucronías más, pero creo haber elegido dos de las mejores. Seguramente el resto se ubican directamente en la ciencia-ficción de peor calidad o del más puro entretenimiento per se. Lo cierto es que estas dos no tienen nada que ver aunque los temas se acercan (el tema de la victoria de los nazis parece tener un morbo especial y creo que suele ser muy utilizado). La de Roth podría ir de lo más íntimo a lo más global y la de Dick al contrario. Un saludo.
P.S. Por cierto, yo si pude encontrar "Una historia inmortal" de Welles en la red.
Pues Juan Manuel eso es lo que más me atrae del blog, ofrecer opiniones al respecto del tema y por eso siempre agradezco tus atinados comentarios.
ResponderEliminarBueno la literatura es creación y por tanto en la mente de un creador la fuerza es la imaginación, la necesidad de hacer mundos probables. Ucronía es un término que habla concretamente de un cambio en hechos históricos pero el resto, como en cualquier novela, queda a merced del narrador. Es evidente que el autor no puede sustraerse de su realidad y, de hecho, Roht lo ha reconocido claramente (como se observa en las opiniones que traigo). Y lo bueno de una obra como "La conjura contra América" es que planteando una posibilidad de algo que no ocurrió, nos está mostrando a la vez que algo existía allí que podía haber llevado a esa otra historia. Reflexiona sobre porqué no ocurrió y a la vez nos alerta sobre ese mal existente.
No te debes disculpar Juan Manuel por abrir debates reflexivos interesantes. Un abrazo.
Agradezco mucho tus elogios Ana, pues siempre me motivan para traer temas que puedan interesar.
ResponderEliminarSobre ucronías en España creo que había dos poco atractivas que no he leído. En una se jugaba con la posible continuación de la II República y en la otra se hablaba de el retorno de Franco (una patochada de Vizcaíno Casas creo). Pero fuera de esas dos poco serias no conozco más y mira que el tema da juego (pero ya te digo que no soy un lector muy asiduo a la ciencia-ficción más que en sus imprescindibles).
Un abrazo.
Interesantísima entrada.
ResponderEliminarSigo aprendiendo de tus búsquedas.
"La historia siempre tiene la última palabra" me suena a intento de tautología chunga. El concepto de "última palabra" sólo puede ser formulado desde un posicionamiento extrahistórico o ahistórico, así, sea quien sea el que tenga esa última palabra, ya no habrá historia cuando sea pronunciada.
Sólo un escritor sin historia dejaría en manos de otro la última palabra que ha de sonar en su mente.
Un abrazo.
Jose, Jose que grande eres con tus apreciaciones. Sin embargo, como hoy tengo un grano en el culo, te voy a reprender por citar mal. "La historia tiene la última palabra", pero no siempre. En el contexto en que hablaba Roth, se refería a que hubo la posibilidad de que ocurrieran otros hechos porque se daban las condiciones adecuadas y él juega con esa otra historia, pero al decir esta frase aclara que la historia es la que es finalmente.
ResponderEliminarEl resto de tus apreciaciones me parecen sabias.
Un abrazo.
P.D. Sigo riendo con tus frases
Reprimenda justa que acepto sin reparos.
ResponderEliminarCuando se cita hay que hacerlo con exactitud, y en la pasión de mi discurso olvidé releer e imaginé el adverbio.
Ese fue un simple error; lo de descontextualizar fue intencionado para crear controversia. A algunos no se nos va el grano del culo, pero en el contexto de tu entrada la reflexión de Roth es correcta, tu texto brillante, tu ojo atento, y tu sentido del humor admirable.
Un abrazo fuerte y mi respetuoso saludo a tu grano.
Es usted todo un caballero don Jose, pues siempre va al grano y lo supura esplendidamente. Un abrazo.
ResponderEliminarDesconocía hasta la palabrica: ucronía. Para eso se viene a estas clases, para aprender.
ResponderEliminarMe haré con esa conjura y la leeré. Siempre me contagias querido profe.
Un abrazo.
El otro día te dejé un comentario y venía a por la respuesta y a la tertulia. Pero los dioses informáticos debieron jugarme una trastada, porque no veo mi comentario. En fin...
ResponderEliminarTe decía que la entrada es estupenda, como todas las tuyas. Aprendí ese término: "ucronía" y mi mente baraja las dificultades del mismo. Debe ser difícilisimo hacer buena ficción (literatura me refiero) desde estas premisas.
Apunto tus sugerencias, como siempre.
Un beso, maestro.
Entonces Thornton ya solo queda disfrutarlos.
ResponderEliminarLa literatura es una enfermedad muy contagiosa y yo no me pienso vacunar contra ella. Un abrazo.
Me alegra que vuelvas y repitas Isabel, pues ya eres de la casa. No creo que un buen escritor tenga dificultades para hacer ficción desde la ucronía, sólo se trata de imaginar posibilidades alternativas a la historia. A la ciencia-ficción le va de maravilla pero claro tampoco creo que haya muy buenos escritores en este género.
ResponderEliminarAcabo de recuperar una ucronía que rodaba por mi casa desde mucho antes de que yo naciera. Se trata de "It can't happen here", de Sinclair Lewis, en una preciosa edición de 1961, un "paperback" de ésos con el borde del papel de color azul. Parece tener un argumento bastante parecido al de La Conjura... Ya te contaré.
ResponderEliminarYa me dirás, pues no me suena de nada.
ResponderEliminarHola, leí el artículo, no quiero seguir leyendo por precaución porque estoy leyendo el libro hombre en el castillo pero mencionas que estrictamente no es ciencia ficción, yo difiero mucho, creo que esto es lo más ciencia ficción que puede haber!
ResponderEliminarHola, leí el artículo, no quiero seguir leyendo por precaución porque estoy leyendo el libro hombre en el castillo pero mencionas que estrictamente no es ciencia ficción, yo difiero mucho, creo que esto es lo más ciencia ficción que puede haber!
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