De la mano de Borges entré en el territorio de la fantasía por la puerta grande. Fue gracias a su Antología de la literatura fantástica -seleccionada junto a sus compañeros Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo-, que me mostró que otros caminos literarios eran posibles y me enseñó un espacio de gozo personal donde recrearme. Me sentí cómodo en el terreno fantástico e investigué.
Roger Caillois, Tzvetan Todorov o Italo Calvino -tres de los grandes especialistas sobre el género- distinguen entre fantástico y maravilloso. En lo maravilloso se acepta lo inverosímil y lo inexplicable; es decir, lo mágico se opone al mundo real, pero no destruye su coherencia. Desde esta perspectiva, los milenarios cuentos chinos o las fabulosas Mil y una noches pertenecen al género fantástico, como así se recoge en el libro de Borges y compañía; pero también podemos incluir toda la tradición de cuentos de hadas -con Andersen, Perrault y los Grimm a la cabeza-, gran parte del romanticismo fantástico alemán -Fouqué, Chamisso, Tieck, Eichendorff,..- o los famosos cuentos de hadas victorianos.
Mi propósito es hablar sobre la otra vertiente, el fantástico producido por una ruptura en el mundo real. Dentro de un mundo sólido aparece un hecho increíble que trastoca o desequilibra el orden; es una alteración que el lector acepta, como también lo hace con los seres extraños que surgen en un territorio próximo y familiar: vampiros y fantasmas. El terror y el miedo -"la emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo de los miedos es el miedo a lo desconocido" en palabras de H. P. Lovecraft-, hacen su aparición como tema fundamental de los cuentos fantásticos.
Aunque la llamada literatura gótica se inicia a finales del XVIII y le da al género algunas de sus principales características, no es hasta la aparición de los relatos de Hoffman, a principios del XIX, que el fantástico emprende su largo camino que se irá desarrollando durante ése y el posterior siglo, dando lugar a géneros tan dispares como la ciencia ficción o la fantasía heroica.Mi propósito es hablar sobre la otra vertiente, el fantástico producido por una ruptura en el mundo real. Dentro de un mundo sólido aparece un hecho increíble que trastoca o desequilibra el orden; es una alteración que el lector acepta, como también lo hace con los seres extraños que surgen en un territorio próximo y familiar: vampiros y fantasmas. El terror y el miedo -"la emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo de los miedos es el miedo a lo desconocido" en palabras de H. P. Lovecraft-, hacen su aparición como tema fundamental de los cuentos fantásticos.
En su larga evolución muchos autores han entrado de pasada, otros han deambulado con asiduidad y bastantes han permanecido fielmente en ese terreno. Mucha gente piensa en la literatura fantástica como un género menor, aunque muchos escritores "serios" han entrado en sus límites sin ningún prejuicio y otros, como Poe o Borges, han sido grandes gracias a su incursión plena.
A tenor de lo dicho, quisiera comentar algunas de las mejores antologías de cuentos fantásticos y de terror, puesto que el cuento es donde mejor se ha desarrollado el género y porque en el relato corto es donde más fácilmente podemos empezar a descubrir autores.
La Antología de la literatura fantástica de Borges, Bioy Casares y Ocampo es un referente ineludible, porque a través de pequeñas piezas da un repaso amplísimo. Como es de esperar en estos antologuistas, se recogen obras casi inéditas o de autores desconocidos junto a algunos clásicos permanentes, que lo son en gran medida gracias a su reivindicación. Destacaría el sorprendente Enoch Soames de Max Beerbohm que tuvo feliz continuidad hace unos años en uno de los Siete cuentos imposibles de Javier Argüello.
Roger Caillois ha sido uno de los grandes defensores del relato fantástico y en su célebre Antología del cuento fantástico -difícil de encontrar en el mercado- intentó una selección de gran amplitud geográfica -incluyendo incluso un relato haitiano escrito especialmente para el libro- que huyera de la clásica antología anglosajona. Nos permitió comprobar la calidad de otras literaturas europeas, además de los clásicos orientales.
La editorial Siruela,una de las pioneras en el género fantástico -con sus ya míticas colecciones de El ojo sin párpado y La biblioteca de Babel- propuso una de las grandes selecciones en Cuentos fantásticos del XIX, antologados por Italo Calvino. Los cuentos se centran en este siglo por ser el de la gran eclosión del fantástico y Europa su epicentro. La selección es desigual y aparece un predominio de británicos, franceses y norteamericanos -pues son los auténticos dominadores-, pero ya empezamos a descubrir a alguno de los grandes. Hay un relato de H. G. Wells que me hechiza -El país de los ciegos- y que muestra a un autor diferente de sus fantasías científicas.
Probablemente, sea la editorial Valdemar la que ha hecho más por el género fantástico y de terror en este país, dando a conocer a multitud de autores semiolvidados y elevando a la categoría de maestros a algunos otros, gracias a la publicación de obras descatalogadas en nuestro idioma.
Su antología Felices Pesadillas -continuada tras el éxito con Malos sueños- constituye la mejor y más amplia colección sobre relatos de terror y fantásticos que se haya publicado. La lista de autores es de primera magnitud y los cuentos escogidos no defraudan; encontramos a los grandes como Poe, Hoffman, Le Fanu, Bierce, Maupassant, Stevenson, M.R. James, Machen, Kipling y tantos otros, pero también hay felices descubrimientos. De lectura obligada.
Otra gran obra es Antología de cuentos de terror en tres volúmenes, seleccionada por uno de los grandes introductores del género en nuestro país: Rafael LLopis. La selección es amplia y a veces sorprendente -valiente por incluir varios autores españoles-, un referente para muchas generaciones.
Existe una obra publicada hace más de cuarenta años y en diez volúmenes de más de cuatrocientas páginas cada uno, titulada Narraciones terroríficas de la editorial Acervo. Podría decirse que es una antología de referencia, porque allí está casi todo -con muchas sorpresas también-, pero sus casi cinco mil páginas exceden el propósito de una antología. De todas maneras, los buenos catadores del género deben buscarla en librerías de viejo o mercadillos.
Algunas colecciones de cuentos abordan una temática concreta y las publicadas por Valdemar y Siruela son especialmente recomendables: El vampiro -la mejor colección de cuentos vampíricos, todo un subgénero-, Alter ego -el misterioso tema del doble-, Mares tenebrosos -terror en el mar-, Antología española de la literatura fantástica -la más completa recopilación de autores españoles-, Mitos básicos del cine de terror -traslación de algunos relatos al cine- o El horror según Lovecraft -antología de cuentos sobre las preferencias de este autor, basándose en su clásico ensayo El horror en la literatura-. Existen muchas más, pero estas son para mí las mejores.
Que buen articulo!!
ResponderEliminarMuchas gracias, pero lo mejor es la lectura de esas obras.
ResponderEliminarHola. Busco esa esdición de Antologia de la lite.... de Edhasa. ¿Alguien la vende? enrique.ayra@hotmail.com
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