Cuando un libro o una película me han rasgado en lo más profundo, me invade una sensación de embriaguez que estimula y aviva el deseo de recrearme y compartirlo de inmediato, dejándome llevar por los sentimientos que han aflorado, sucumbiendo a su misterio. Escribir justo después de haberme empapado de una película como La mejor juventud de Marco Tullio Giordana provoca una reacción poco reflexiva y altamente visceral, aunque quizás era eso lo que perseguía.
Ya había tenido oportunidad de visionar esta miniserie de 6 horas de duración hace más de tres años y confieso que me dejó tan tocado emocionalmente que estuve durante una semana un tanto aturdido. Desde el momento en que abrí este blog, supe que había algunas cosas de las que hablaría más tarde o más temprano y esta película debía de ser obligadamente una de ellas. Un día festivo y toda una tarde por delante me han permitido revisionarla de un tirón.
A veces, la sencillez de una propuesta puede dar pie a confundirse con un cine fácil del que siempre he rehuido. Y es que las narraciones de sagas familiares que recorren el curso de los acontecimientos históricos ha sido un recurso muy manido, pero útil para la ficción televisiva. También el cine ha dado ejemplos memorables y grandes fiascos, pero probablemente en la televisión el riesgo es menor porque no suele pretender recrearse más allá de la narración. En todo caso, la historia que nos cuenta La mejor juventud recorre la historia italiana desde 1966 hasta el 2003, a través de las vidas de la familia Carati, haciendo hincapié en cada momento en los sucesos que jalonaron ese período pero sin olvidarse que son los personajes los que van marcando el terreno. Es la historia amplia de Italia y sus paisajes, entremezclados con la pequeña historia de una familia.
Aunque su arranque pueda parecer algo convencional, ya que empezamos a entrever una de esas películas donde los personajes van a ir creciendo al ritmo del tiempo sin más, la intensidad empieza a subir al poco de entrar en escena un personaje memorable que se convertirá en el eje vertebrador entre los dos hermanos protagonistas y a la vez en causa de su destino. Aquí me detengo para descubrirme ante el cine de las miradas, porque en esta película los ojos hablan y ¡vaya si hablan! Sentir la mirada de Giorgia, la joven desequilibrada que reside en un psiquiátrico, como después la de Matteo, uno de los hermanos protagonistas que comparte con Giorgia la fragilidad de un mundo interior autodestructivo, o la sabia e intuitiva mirada de los abuelos que parecen ver más allá de lo que se muestra, es una auténtica lección de cómo mirar a la cámara y además sucede que esas miradas generan nuevas historias. Nunca los ojos expresaron tanto.
Otro de sus puntos fuertes es el magnífico guión que sustenta la historia. Los personajes hablan con naturalidad, en los diálogos se dicen muchas cosas que permiten evolucionar a los personajes sin brusquedad; su lenguaje no es impostado y sin embargo se observa que la vida se explica a través de sus palabras. Vuelve a surgir aquello de que lo sencillo no es lo fácil. Además, dibujar unos personajes con tanta claridad es una tarea a la altura de los grandes novelistas y en esta película lo que nos cuentan los hace más creíbles, sus giros y cambios fluyen con invisible naturalidad, fruto del proceso espontáneo de su evolución. Porque no hay buenos ni malos, perdedores o ganadores, pero hay muchos claroscuros en todos ellos; son verosímiles. Las decisiones y elecciones de cada momento tienen fuertes repercusiones y mueven constantemente los hilos narrativos.
Cuando hablo de un cine emocional, me refiero a esa película donde lo que está pasando remueve las vísceras. Es posible que nunca haya llorado tanto como en esta película y, sin embargo, qué dulces han sido las lágrimas. Una historia que recurre al drama y a la pasión, pero nunca de forma empalagosa y donde los momentos de luz parecen reforzar la intensidad vital de una película que no se olvida de recordarnos que “todo lo que existe es hermoso”. Las utopías y los sueños del pasado parecen diluirse al enfrentarse con una realidad no imaginada y es que la vida sigue su curso natural y por ello es a veces dura e injusta, pero la gran fuerza del amor parece resistir y enmendarlo todo.
Se tratan muchos temas en esta película: la psiquiatría, la revolución, el terrorismo o la mafia, pero esos son ejes vertebradores sobre los que se vehicula un cine que habla esencialmente de la familia y la amistad. Podría pensarse que es poco original, pero lo importante es la manera de presentarlo y en esta película llegas a entender tantas cosas y a aprender tantas lecciones de vida que acabas dejándote seducir por su misteriosa belleza. La sencillez del discurso, insisto.
No me puedo olvidar de mencionar su banda sonora… Al lado de las típicas canciones de cada época, aparecen intensos motivos musicales como Oblivion y Remembrance de Astor Piazzola o el aria de Aquilarco de Giovanni Solima y otras piezas del repertorio clásico. Pero ante todo hay un motivo que aparece constantemente para la relación de los dos hermanos, es el famoso tema de Jules et Jim de George Delerue —un guiño evidente a la película de Truffaut y su triángulo amoroso— que aquí brilla con renovada intensidad gracias a su lirismo. Naturalmente esta película exige ser visionada en versión original, sin duda alguna.
Una recomendación de buen cine narrativo, quizás traído de una forma muy apasionada y nada analítica, pero en ocasiones es mejor no buscar demasiadas lecturas y entregarse sin más.
He pedido a mi hermano Miguel la película con el sello de URGENTE. Eres un profe que sabe transmitir sus emociones y ya estoy deseando ver esas miradas y oír esa música y ese guiño a Truffaut.
ResponderEliminarUn abrazo, profe.
En italiano por favor Thornton. Hace un tiempo te la nombré en una entrada de tu club, pero sé que había quedado desdibujada. La he vuelto a sacar con etiqueta de obra maestra para llamar la debida atención. Estoy segurísimo que esta película acabará siendo una de tus películas por tantas cosas.
ResponderEliminarUn abrazo maestro.
Desconocía por completo esta serie, pero después de tu entrada ardo en deseos de verla. Casi me he emocionado leyéndote, cuando la vea imagínate.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ja, ja. Bueno Niño vampiro, tú que eres muy dado a las sagas espero que sabrás apreciarla.
ResponderEliminarEs una película que nació con vocación de serie para la RAI, pero se dieron cuenta de que su calidad era superior a lo normal y decidieron enviarla a festivales cinematográficos. En Cannes, como en su país y otros se hizo con multitud de premios y se le dio una oportunidad para las salas cinematográficas. El hecho de que se repartiera en dos proyecciones debió asustar a más de uno y por ello pasó por España sin la gloria que le pertenecía, mientras otras medianías triunfaban.De hecho, yo mismo la conocí a través de la versión en DVD y desde entonces pasó a ser joya preciada de mi videoteca. Vuelvo a recordar que es imprescindible visionarla en VOS.
Un abrazo.
Yo fui de los que la vi en el cine en su momento, se estrenó efectivamente en dos partes. Hace ya sus añitos. Me encantó, y eso que el realismo no es lo mío. Me impresionó especialmente la historia de la madre terrorista, creo que muestra muy bien los tremendos errores a que puede conducir la pasión ideológica. Grandes escenas aquí. Aunque la historia del hermano guapo también está lleno de dramatismo. Lo del hermano siquiatra se me grabó menos, pero me cautivó esa escena en que, con Italia desierta, van al museo, mientras los conserjes se agitan en torno a un transitor escuchando la final Italia Alemania del mundial 82 de futbol, que se celebró en España. Eso si que es ir "contravento" y lo demás son tonterías, y lo dice alguien que no está totalmente limpio de la ponzoña futbolística que envenenó su juventud...
ResponderEliminarNo me acabó de convencer, por buscar algún defecto a esta magnífica serie, que todas las subtramas quedaran resueltas con demasiada limpieza al final. Un poco de esa indeterminación, de esa suciedad en los contornos de los hechos me hubiera convencido más. Ahora bien, comprendo que Giordana ha querido decirnos que lo importante es amar. Las cosas se resuelven en esta serie porque todos los personajes, vivos y muertos (aquí hay un guiño al fantástico al final de la serie, aunque tiene una lectura alegórica, claro) han conservado, o ganado, la capacidad de amar. Un final idealista, y sin duda, con su propia belleza, algo ingenua para mis gusto. Pero es un "pero" menor, que sin duda para muchos será un encanto más de esta belleza.
Carlos, ¿has visto la serie "Sed buenos si podeis" sobre la vida de San Felipe Neri, con música y participación como "actor" (realmente salía dando saltos con un violín, en su típico estilo) del gran Angelo Branduardi? Era otra gran serie de la RAI, me pregunto si la conoces. La emitió RTVE, diría que a principio de los noventa, pero no estoy seguro.
Ah, por cierto, la voy a adquirir para verla de nuevo, con mi mujer ahora... Le va a encantar, es una serie idonea efectivamente para encomendarle el cuidado de tu corazón durante unas horillas. Gracias por recomendarla y recordarmela.
ResponderEliminarManuel,es grato saber que también compartimos entre nuestros placeres la visión de esta miniserie (aunque sea con intensidades diferentes). No te quitaré razón respecto a esa cierta ingenuidad, aunque como bien dices suplida con belleza y mucho amor. Todas las historias acaban resolviéndose, sí, pero en el camino muchas vidas han quedado tocadas y por eso no me molesta ese mensaje esperanzador que aflora desde el amor.
ResponderEliminarHay muchas historias convergiendo maravillosamente, pero sobre todo parece ser una reflexión autocrítica sobre esas utopías no resueltas. No es complaciente con una época de idealismo revolucionario y eso también la dignifica. La familia o la amistad parecen ser los únicos bastiones irreductibles que pueden superar cualquier contratiempo.
Para mí es esencial el triangulo formado por los dos hermanos y el personaje de Giorgia. Ella es el alma que enseña a mirar de otra forma desde su locura.
No he visto la serie que recomiendas y ni siquiera la conocía. Me pongo en su búsqueda, a ver si puedo encontrarla. Gracias por la recomendación.
Un abrazo Manuel.
No soy muy de series, pero tal como lo cuentas parece obligado olvidarse de ese prejuicio. "Roma", recomendación tuya, me encantó.
ResponderEliminarSabes que me encantan tus entradas analíticas, pero este puntito de pasión también te sienta muy bien. Es más, creo que incluso te favorece.
Y lo dicho: tu blog es un refugio en el que preservar y alimentar el gusto estético.
Un abrazo.
Me satisface mucho ir viendo como algunas de mis recomendaciones pasan un filtro de tanta calidad. "Roma" era un peso pesado y esta es una debilidad emocional, pero aceptaré encantado tus brotes de ingenio.
ResponderEliminarUnos cuantos conseguís que me comprometa a seguir trayendo cosas pero espero traerte alguna en directo, con cerveza incluida.
Un abrazo.
Jo, Carlos, eres imprevisible... Lo que te agradezco.
ResponderEliminar¿Qué está, en DVD la copia? Supuestamente vivo cerca del mejor Video-Club de BCN, así que... como vuelven días lluviosos....
Abrazos agradecido!
Confío en que se lo puedas agradecer a los portentosos actores y director de esta gran serie. Imagino que hablas del video-club de Enrique Granados, donde seguro que la tienen. Disfrútala.
ResponderEliminarUn abrazo Ana.
No he visto la serie pero haré por verla. Una cosa la veo clara: para mí, cualquier película o serie que hace reir o llorar, remueve los sentimientos más o menos escondidos del espectador y los hace aflorar sin prejuicio. Y si es así, vale la pena.
ResponderEliminarSaludos.
Ester, es importante que las emociones afloren y también la reflexión pues no me cabe duda que el arte busca esos dos principios básicos. Creo entender que, en la sencillez de sus propuestas, esta miniserie o película larga lo consigue.
ResponderEliminarUn saludo.
Ahí está el quit de la cuestión. Para que haya arte es necesario una emoción reflexionada.
ResponderEliminarUn saludo.
Ayer, que fue nuestro aniversario de boda, Pilar y yo vimos en dos sesiones -mañana y noche- "La mejor juventud". A mí me encantó y a mi chica aún más.
ResponderEliminar"Esta es la Italia que nos dejaron nuestros padres", dice el corrupto en la cárcel, "no, mi padre no". "¿Por qué las cosas feas nos parecen tan naturales y las hermosas nos cuesta tanto creerlas?". El segundo movimiento del concierto para clarinete de Mozart sonando en aquella conversación entre amigos de juventud. La desgarradora escena de la madre arrojando al suelo los libros de Mateo. La música de Bach sonando en la cabeza de la terrorista. El poema de Ugo Foscolo. La escena de la madre en su escuela. Pinceladas del Jardín de los cerezos y de Montaigne. Los mundiales de Inglaterra y España: la cruz y la cara del fútbol italiano. las canciones de cada época... todas estas cosas me atraparon al verla y, por supuesto, todo lo que indicas en tu entrada. He vuelto a leerla y creo que has contado lo esencial y que has acertado al resaltar el triángulo de Mateo-Nicola-Giorgia.
Otra vez gracias, profe.
P.S. Mi director cinematográfico me ha proporcionado una copia doblada. No pararé hasta hacerme con una en italiano.
P.S.2. Fíjate si me gustó que mientras la veía el Barça se jugaba la liga en la sexta. No se me ocurre un elogio mayor.
La escena del motete de Bach me encantó a mí también en lo estético, pero que alguien me explique por qué la chica devuelve las partituras.
EliminarEstá bien mostrar las contradicciones que habitan en el interior de algunos personajes, pero en este caso (y creo que en muchos otros en la película) se fuerza hasta la inverosimilitud.
En pocas líneas has conseguido rememorar tantos detalles esenciales que contiene esta película que me reafirmo en su calidad. Estaba seguro que acertaría con esta elección y saber que a Pilar también le ha llegado me satisface doblemente.
ResponderEliminarMúsica, literatura, pensamientos,nostalgia, utopías, amores y miedos recorren su metraje sin tropiezo alguno, en un auténtico canto vital.
Esa escena final (con cierto toque fantástico como bien apuntaba Manuel)es una maravilla en su sencillez. Esa música dice tanto. Y el final esperanzador de una nueva generación. El amor.
La volveré a ver con Isa y Anabel. Pero sí, hazte con la copia en VOS y si no te la grabo yo mismo.
Un abrazo y gracias por el esfuerzo que en este caso ha obtenido una buena recompensa.
P.D. Lo del Barça ha sido todo un detalle.
Pues vamos, Carlos, no es que no haya visto la serie... es que ni me suena su nombre. Mis huecos en cine europeo son ya no profundos sino abismales. Y eso que has hecho (criticar esta serie con tanta pasión cuando ni me suena de nada su título) es lo peor que se me puede hacer, porque entre eso y tu crítica, afortunadamente "muy apasionada" y en absoluto tan "poco analítica" como afirmas, me veo obligado a solventarlo inmediatamente.
ResponderEliminarMe apetece saga familiar para este fin de semana. Gracias por la recomendación.
Pues confío Oscar en que sea de tu agrado. Lo que no estoy seguro de que puedas encontrarla fácilmente, aunque a un buscador como tú nada se le puede resistir.
ResponderEliminarSaludos.
Nos ha gustado mucho, aunque quizás no nos ha emocionado tanto como a ti por lo que se desprende de la entrada. Aún así, nos ha parecido muy interesante.
ResponderEliminarEl 9 de junio Kill Spider se estrenará en Barcelona en la Sala Underground. Los detalles pronto en el blog. A ver si os animáis y nos tomamos juntos esa cervecita.
Bueno me conformo con que os haya gustado. Confieso mi pasión por esta película sin rubor alguno.
ResponderEliminarEsperamos estar ahí para vuestro estreno barcelonés.
Un abrazo.