martes, 30 de noviembre de 2010

Un cajón de cuentos (XIV): Mendel el de los libros de Stefan Zweig

He pensado muchas veces en todos esos datos que se han ido acumulando en mi cabeza durante años, referencias de libros, autores, editoriales o colecciones que se amontonan sin aparente sentido y que tienden a salir de forma inesperada. Forman parte de una memoria selectiva, realmente caprichosa que selecciona detalles insospechados de las lecturas y consultas que uno va haciendo a lo largo de los años. Mi biblioteca, que ha ido ampliándose a medida que la compulsión lectora ha crecido, ha permitido un desbordamiento de datos derivados de los libros arribados, lo cual me lleva a pensar que parte de mi cerebro ha quedado ocupada como un fichero casi virtual. Y si todo eso puede ocurrir en la cabeza de un sencillo lector, debo imaginar que los libreros contienen en su testa un archivo de proporciones insospechadas, unas mentes capaces de saber, sin el menor asomo de duda, si tal o cual libro ocupa sus estanterías o sus apilados y desodernados montones -naturalmente me refiero a los libreros de viejo o a los de librerías especializadas-. Imagino que todo se trata de entreno visual de la memoria en el día a día, aunque no puedo dejar de maravillarme.
Y es que a los aficionados a los libros, nos llaman la atención las historias que hablan sobre ellos, sobre gente relacionada con el  libro o sobre la pasión de la lectura, pues las sentimos como propias, como si fueran códigos secretos con el que los lunáticos librescos nos podemos comunicar. Stefan Zweig fue uno de esos escritores que habló mucho sobre los libros de los otros, con la pasión de un afanoso coleccionista de autores, pero también fue ese escritor de extraordinaria cultura que vivió subyugado por el período de la explosión cultural vienesa y que acabó sus días en un tiempo que ya no era suyo, recordando el mundo del ayer. No me puedo resistir a ofrecer como pequeño esbozo sintético de su figura el retrato que evocaba Mauricio Wiesenthal en su Libro de Réquiems: "Sin tener que pasar por la bohemia oscura -aunque utilizándola, a veces, como un escenario estético- consiguió realizar el sueño de todos los jóvenes románticos: viajar por países lejanos, visitando y conociendo a los hombres más interesantes de su tiempo; editar novelas de éxito que el cine convertía en oro; escribir versos esteticistas y puros, sin tener que ceder a las presiones de la crítica o de los editores; pronunciar manifiestos heroicos y proclamas rebeldes en momentos comprometidos; conocer de joven el amor hogareño; levantar sus fundaciones y elegir sus escenarios en los lugares más bellos de la tierra; ser aclamado y premiado en todas partes como redentor de los poetas malditos, defensor de los herejes, azote de los verdugos y abogado de las causas perdidas".
De Stefan Zweig existe un relato de unas sesenta páginas titulado Mendel el de los libros, al que llegué de manera casi fortuita y que desde ahora mismo ha pasado a formar parte de mis imprescindibles. Todo sucedió a través de dos casuales que se conectaron en el momento justo en mi archivo mental: por un lado escuchaba una entrevista con Jaume Vallcorba, editor de las prestigiosas Quaderns Crema y El Acantilado, quien hablaba de los libros editados en su grupo y entre ellos se mencionaba de pasada la constante recuperación de un clásico como Stefan Zweig -indicativo de la calidad del autor-; por otra parte leía al vuelo un comentario en el que dos personas se congratulaban de la lectura de este memorable cuento sin más. Me decidí a buscarlo en las librerías y descubrí que tanto El Acantilado como Alba editorial lo tenían publicado, pero también recordé que disponía de unas vetustas ediciones de las obras completas de Zweig editadas por Juventud hacía más de cincuenta años que debía repasar. A primera vista, lo más parecido era una historia titulada Buchmendel  que ya me hizo sospechar que me encontraba en la pista correcta, así que separé "buch" de "mendel" y al buscar la traducción de la primera palabra tuve el relato, Libromendel , es decir: Mendel, el de los libros. El Acantilado, la red virtual, mis viejos libros y las conexiones neuronales me habían llevado directamente a la historia de Jacob Mendel.
La historia que relata Zweig en este cuento contiene un punto de ternura por ese personaje tan especial, el librero con sede en el vienés café Gluck, dotado de una memoria excepcional que le permite recordar todos los datos de un libro y los lugares donde hallarlo. Mendel vive por y para su memoria, aislado de un mundo convulsionado por la I Guerra Mundial que al fin sera la causa de su ostracismo vital. Descrito por el narrador como un hombre legendario, zahorí de los libros y símbolo del conocimiento, es un lector de extraña compulsión: "leía  con una tan conmovedora identificación, que el leer de todos los demás hombres me ha parecido, desde entoces, profano". A la vez un hombre ajeno a la realidad, a todo aquello que no estuviera recogido en un libro. Pero Mendel el de los libros es también la historia del final de una época de solidaridad y creencia en los valores y de desmoronamiento de un mundo de ideales arrasado por una cruel guerra que llevará al personaje hacia su caída física y mental, "Mendel ya no era Mendel, como el mundo no era tampoco el mismo". 
Acaba Zweig con su apologética defensa de los libros en este relato memorable que no debe faltar en la biblioteca de ningún buen amante de los libros y la lectura: "yo, que debiera saber que si se producen libros es precisamente para comunicarnos con los humanos más allá de nuestra vida, y desquitarnos así de la inexorable contrapartida de toda existencia: la inestabilidad y el olvido".

41 comentarios:

  1. El viernes pasado en la librería tuve entre mis manos "Mendel el de los libros". Me llamó la atención el tamaño tan pequeño que tenía -siendo de Acantilado- y al leer la contraportada me interesó al momento, lo reservé y mañana estará en mi biblioteca virgen esperando su turno.
    A veces pienso que somos almas gemelas.

    De tanto leer libros de detectives te has convertido en uno de ellos. Rastreas como un sabueso.



    Estupenda entrada, estás inspirado.

    Un abrazo.

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  2. Thornton me dejas de piedra y ahora estoy mucho más contento de haber escrito esta entrada. Estoy seguro, como alma gemela, que no te defraudará.
    No estoy seguro si son las novelas detectivescas, pero ciertamente tengo un espíritu investigador en las cuestiones que me atraen (cine, literatura y música) y muchas ganas de sorprenderme con lo que me rodea. Me alegro de tenerte como maestro.
    Un abrazo.
    P.D. Gracias en nombre de los míos por tu generosidad y te advierto que tenemos un nuevo bloguero muy inspirado en la barra de al lado.

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  3. Carlos, quizá te interese esta entrada mía sobre Magliabechi, un personaje en el que posiblemente se inspiró Zweig para su Mendel. Al menos, muchos de sus rasgos personales coinciden, ¿o es que esas rarezas son propias de todo obseso por los libros?
    http://notasparalectorescuriosos.blogspot.com/2010/11/una-biblioteca-en-la-cabeza.html

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  4. Elena me alegra mucho que pases por aquí para recomendarnos a todos esta entrada tuya y yo soy el primero en recomendaros a todos la visita por este entusiasta blog de Elena que trata de todo lo relacionado con los libros. Te digo que me alegra precisamente porque cuando decía que conocí este cuento al pillar al vuelo unas palabras entusiastas sobre este relato, me refería a la tuyas en esta entrada precisamente.
    Gracias por haberme descubierto a este personaje y de pasada este fantástico relato. Enhorabuena por tu blog con el que disfruto siempre.
    Un abrazo.

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  5. Ostras como llegué a emocionarme leyendo este libro.
    Y mira que es breve, pero quedé tan tocada que estuve unos dias sin poder leer nada.
    De todos modos es que Zweig es el artista por excelencia.
    Genial entrada Carlos

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  6. Es que es una historia tan completa Madison que no deja indiferente. No he leído muchas cosas más de Zweig, aunque casi siempre consulto sus memorables y apasionadas biografías para aprender un poco. De todas maneras, si todo está a esta altura no puedo dejar de ir paseándome por sus obras.
    Gracias por tus palabras. Un abrazo.

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  7. Hoy aquí hay más que admiración y conocimiento por una película, un autor, una obra o un libro. Hoy no sólo recomiendas, y nos ilustras, sino que tocas y propones que lleguemos al fondo de cuestiones apasionantes.Por ejemplo, que la literatura es una espiral, a vaces con forma de laberinto, como los circuitos de nuestro cerebro, tan selectivos para lo que realmente nos interesa. Que es difícil entender la obra de alguien sin que podamos encontrar un ápice de mínimo compromiso. Que la creación se inscribe en el tiempo, y en el contexto histórico y personal, y que debemos esforzarnos por ejercitar la alteridad. Que un hombre hundido en los libros, sólo en los libros, efectivamente es un hombre hundido.

    Y, finalmente, la última cita, ¡¡uf!! ¿La literatura es comunicación? ¿Solamente? ¿Y solamente para trascender la muerte y conseguir que nos recuerden?. José Ángel Valente decía: "Cuando se dice que la literatura es comunicación se alude a un efecto que acompaña al efecto de la creación poética, pero en ningún caso se alude a la naturaleza del proceso de creación"

    ¡Salud Carlos!

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  8. Existe una obra, una suerte de ensayo novelado, que no he leído, pero que tengo pendiente de leer, escrita por Benjamín Jarnés y titulada Stefan Zweig, cumbre apagada, editada este mismo año con prólogo de Domingo Ródenas de Moya. La editorial es quálea, en una colección dedicada a clásicos de la literatura española. Lo doy a conocer por si interesa a quienes frecuentan este foro. Yo a Stefan Zweig no recuerdo haberlo leído. Un autor más que se suma a tantos otros de los que tengo referencia pero no conocimiento de su obra. Sí, en cambio, he leído a Jarnés, contemporáneo suyo, del que no hay que perderse sus novelitas deshumanizadas, que no lo son tanto.

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  9. Si te dijera que, desde esta mañana, tengo en mis manos a Mendel... Nuestro maestro y Presi ha tenido ese detallazo y me ha soplado que tu entrada trataba sobre Zweig. Por tanto, volveré en cuanto lo haya leído a contar mis impresiones.

    De momento, y como siempre, me asombras. Pero hoy hay más, hoy existe mucha recreación en el "introito", hoy hiciste literatura, Carlos. Te internaste por laberintos librescos y quedaste atrapado dentro de ellos.

    Ah, y es cierto todo lo que dices de los buenos libreros. En Murcia tenemos uno de los que ya no quedan. Su cabeza es una computadora que domina centenares de estanterías.

    Besicos y volveré.

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  10. Esta mañana he retirado de la librería mi ejemplar de "Mendel el de los libros", pensaba colocarlo en mi mesa camilla -mi biblioteca virgen- hasta que le llegara su hora.

    También había quedado a tomar café con Isabel y mientras esperaba he comenzado su lectura. Ya no he podido parar y acabo de terminarlo.

    Esta vez no lo he hecho para sacar nota, es que no he podido hacer otra cosa hasta acabarlo. Es un relato fascinante.

    Gracias otra vez y un abrazo.

    P.S. Para evitar hacer de nuevo el ridículo, alguno de vosotros sabría decirme cómo se pronuncia Zweig. Gracias.

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  11. Hablador tus comentarios siempre dan lustre a este blog y tus lecturas van más allá. Repesco eso de que un hombre hundido entre libros es solamente un hombre hundido, porque esa es la historia de Mendel. Vivir de espaldas a la realidad tiene sus consecuencias.
    Estoy contigo en que para un autor la literatura no puede ser sólo comunicación. Sería muy triste vista así. Un abrazo.

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  12. Juan Manuel pues yo desconozco el ensayo que citas de Benjamin Jarnés y tomo nota. Yo hace poco me hice con "Las tres vidas de Stefan Zweig" de Oliver Matuschek con la intención de introducirme en la vida de este gran creador.
    Te recomiendo esta obra porque es corta y con mucho jugo. Creo que es una forma inmejorable de penetrar en Zweig. Un saludo.

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  13. Isabel cuanto me alegro de que el maestro te haya hecho los honores con Zweig (este hombre es increíble).
    La verdad es que cuando leía el libro iba pensando en todo lo que se podía hablar de él. Es un libro de amor a los libros y ese es un mal que padecemos muchos, por lo tanto era natural que sacara unas impresiones mucho más personales y relacionara mi historia con la de Mendel.
    Tendremos que pasar por Murcia a ver ese librero. Por cierto, leeros esa entrada de Elena Rius porque cuenta una historia real muy curiosa.
    Un beso y espero verte pronto.

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  14. Maestro eres generoso hasta con lo que te propongo. Ya sabes que me gusta que te guste, pero de ello no dudaba. Lo mejor de todo es que he estado con vosotros tomando café cual fantasma de James y eso me suena a gloria.
    Yo lo pronuncio aproximadamente "Sveij", pero no sé si es correcto. De todas maneras nunca se lo he dicho a nadie a la cara y por tanto no he podido soltar saliva.
    P.D. Samuel se ha puesto muy contento. Gracias de su parte.

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  15. Por cierto Carlos ya que nombras el libro de requiems ¿has leido El snobismo de las golondrinas del mismo autor?
    Es que es una joya también

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  16. No Madison, pero ando detrás de él y de hecho lo he estado ojeando muchas veces. Si además me lo recomiendas no tardaré en tomarlo.

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  17. Se me olvidó comentar que descubrí a "Sveij" -gracias profe- leyendo "Una carta" y "La partida de ajedrez", que venían en un solo libro de la Colección Austral, serie azul.1973 -creo ser el mismísimo Jakob Mendel-. Imagino que son conocidos por todos los que hayan leído a "Sveij". Me engancharon y por eso lo comento.

    Por cierto, entre otras frases, he subrayado en "Mendel..." que escribimos para defendernos de la fugacidad y el olvido. Es cierto.

    Un abrazo.

    P.S. Con los críos y jóvenes tengo muchísima química, no me cuesta ningún esfuerzo.

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  18. Seguro que los que amamos los libros tenemos algo de Mendel, pues se nos quedan un monton de datos selectivamente y actuamos de forma casi compulsiva a la hora de buscarlos o comprarlos. Gracias por la recomendación para poder continuar con Zweig.
    Un abrazo.
    P.D. Algo más que compartimos.

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  19. "Una carta", en esa antigua edición de Austral, debe de tratarse de "Carta de una desconocida", imagino.

    Otro abrazo.

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  20. Como vuelva a ver las ediciones de Juventud te las traigo (y las suelo encontrar en el mercadillo tiradas de precio). "Carta de una desconocida" que gran película.
    Ahora mismo me encuentro con un Hope Hogdson del que ya te comentaré. Necesitaría tres vidas para leer todo lo que quiero.

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  21. ¡Bravo Carlos!
    No me canso de recomendarles a mis alumnos que se pateen el Mercat de Sant Antoni y las librerías de lance de la calle Aribau, en donde aún encontarán deliciosos libros de Zweig editados en su día por José Janés y a un precio que en nada se parece al abusivo con que se reedita este clásico en el selecto sello... ¡ejem, ejem!
    Sabes que le dediqué una de mis entradas en el Blog, de modo que de nuevo celebro la fraternidad intelectual. Un abrazo!

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  22. Saludos, amigo mío, no doy a basto pero siempre es un placer aprender de tu palabra.
    Paco

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  23. Ana he estado revisando las entradas de tu blog y no encuentro la de Zweig, o sea que recuerdamela por favor que me gustaría releerla.
    Efectivamente Zweig además de grato de leer es fácil de encontrar en librerías de lance y en los encantes donde yo he encontrado su obra completa y multitud de libros sueltos publicados por Juventud a precios irrisorios (aunque me encanta El Acantilado, tienen tela sus precios).
    No es difícil seguir tus pasos porque siempre van en una dirección adecuada, vamos que nos abres muchos caminos.
    Un abrazo.

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  24. Feliz de verte por aquí Paco. Ya sé como andáis los profesores, no te preocupes. Puede que saques algo de lo que cuento, pero yo contigo me deleito amigo. Un abrazo y te sigo esperando.

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  25. Es segur que hablé de Zweig.
    Quizá a propósito de la entrda Lili Marleen (19 de mYO DE 20099.
    EN CUALQUIER CASO, SEGUIMOOS EN ELLO...............

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  26. Thorton también yo conocí Zweig por el libro ese de Carta de una desconocida; en mi libro había ese y el de Laporella. Es una colección que publicó hace bastantes años El País.

    Carlos te va a encantar El snobismo de las golondrinas.

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  27. Gracias Ana, ya te he leído y ahora mismo repesco ese relato tan interesante.
    Me sorprende que siempre escribes tus respuestas a toda velocidad. A veces pareces un joven con el móvil.

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  28. Bueno Madison entonces Carta de una desconocida también tiene que entrar en próximas lecturas ¿no?
    Lo de El esnobismo de las golondrinas te aseguro que ahora es firme candidata a compra segura y lectura obligada, gracias a tu refuerzo.

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  29. Esta mañana leí el cuento de Stefan Zweig, "Mendel el de los libros". Me dejó algo triste, no sé si por él en sí mismo considerado y por su argumento, por el "arrivederci" del maestro o por mil y una circunstancias que, combinadas, decidieron llover tristeza.
    Llegué hasta esta orilla dispuesta a comentar, pero una rama me llevó a otra y llegué al bosque de Elena Rius, donde la calidez de la anécdota me envolvió como una madre que abraza. Me quedé en ese bosque hasta que las obligaciones de la vida real me sacaron de él, pero mientras estuve pensaba en Mendel, en Zweig, en el memorión de Florencia que tan bien describe Elena, en nuestro irreemplazable Thornton.
    Aún se agitan en mi mente los acontecimientos del día. Del cuento me ha hecho cabecear de forma especial el hincapié de Zweig en la concentración para alcanzar resultados loables en cualquier materia.
    Se agita todo de nuevo y observo lo concentrados y reconcentrados que somos. Pienso en Manrique, sonrío porque lo imagino feliz junto a su nieto abrigándose para combatir el frío y no puedo evitar acabar con una frase del librico de Mendel, regalo del mismo Presi:
    "...el vasto misterio de la concentración absoluta, que hace tanto al artista como al erudito, al verdadero sabio como al loco de remate, esa trágica felicidad y desgracia de la obsesión completa".
    Artistas, eruditos, locos, sabios..., maravillosos en suma, gente concentrada y entregada, con la pasión por bandera, únicos e irrepetibles, como nuestro Presi, como tú, Carlos, como casi todos los que transitamos esta página.
    Un abrazo muy fuerte, hoy más que otros días, que te supongo como a mí, un tanto huérfano.

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  30. Muy cierto Isabel y es que el maestro ha calado profundo en nosotros y nos quedamos un poco huérfanos. Pero sólo saber que sigue enriqueciéndose y disfrutando ya me complace y dichosa tú que de vez en cuando lo disfrutas en persona.
    Literatura y realidad se han entremezclado y supongo que esta historia irá siempre acompañada en tu mente por una experiencia real. Eso es lo más grande de la literatura, bien que lo sabes tú.
    La historia de Mendel tiene un punto de tragedia y tristeza, pero también de mucho amor por la literatura y eso a los que amamos las buenas historias es lo que más nos queda.
    Me ha gustado mucho como sacas esa cita del relato, tan bien traída por una apasionada. Por suerte nuestro gran sabio retoma un maravilloso camino y no dudo de que volverá.
    Hoy si, un poco huérfanos y por eso un fuerte abrazo de todos nosotros.

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  31. Gracias a ti, Carlos y a todos los demás por la recomendación de este volumen de Zweig y las demás paralelas. La verdad es que pase hace años una racha muy "Zweigiana" y me ley del tirón muchísimas de sus obras, incluyendo muchas del acántilado. Aun recuerdo lo mucho que disfruté la lectura de la "Novela de ajedrez", precisamente estando en Viena. Pero desde que em puese a leer cosas en inglés, tengo algo abandonados a mis europeos no anglosajones. Hay que remediarlo. Y estoy seguro de que este volumen tiene que ser un buen comienzo. Lo buscaré mañana (por cierto, mañana recojo "El rey atolondrado" también. Ya te contaré de ambos.
    Saludos. Y gracias. Los libros que hablan de libros, libreros o librerías siempre son especialmente cálidos.

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  32. Pues perfecta la recomendación de Novela de ajedrez, para continuar con Zweig.
    Me alegra compartir buenas lecturas y encontrar otro apasionado de libros, libreros y librerías.
    Espero que disfrutes con el descacharrante mundo de Terry Jones y el humanista de Zweig. Un abrazo.

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  33. ¡Qué va, qué va, Carlos!
    Sucede que tiendo a programarme algun "vespre" para esto de los Blogs, dado que sigo escribiendo (trabajando9 a mano, y tengo el ordenador inactivo salvo por el par de conexiones diarias (obligadas).
    Un beso!

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  34. Y sí, "Una partida de ajedrez" (en la vieja Austral) o "Novela de ajedrez" (en el moderno del "ejem") es una obra muy buena, al igual que "Viaje al pasado" y "Carta de una desconocida". Y tampoco olvidar las memorias de Zweig, que sólo tengo en alemán, "Die Welt von gestern". ¡Ay, qué cansado es ser o parecer erudita: continuamente levantándose viajar a las estanterías...

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  35. Pues te levantas tanto como yo que tengo memoria pero no tanta. Tengo todas las que citas en editorial Juventud (por supuesto)y ya me abres el apetito, pues a "El mundo de ayer" le tengo unas ganas enormes. Gracias por tu paso y tus buenas recomendaciones.

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  36. Amas los libros y eso se hace evidente en cada una de las palabras que escribes. Leyéndote uno siente que ese amor es contagioso y que no hay antídoto que lo cure, ni ganas que pueda tener uno de ser curado.

    Pero eso sí: no tengo el más mínimo interés en comunicarme con ningún humano más allá de mi vida.

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  37. Tu última frase me resulta un tanto enigmática y teniendo en cuenta que te esperaba aquí o allí aún más.

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  38. Tiene que ver con el último párrafo de tu entrada y la cita de Zweig en la que da la explicación de por qué se producen libros.
    Yo es que no he sentido aún la necesidad de desquitarme de la inexorable contrapartida de la existencia, ya sea ésta la inestabilidad o el olvido.

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  39. Ja, ja, Jose. Es que siempre vas unos pasos por delante y con tanto abandono había entendido tu respuesta en otro sentido.Tenerte por aquí me anima a traer cosas.

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  40. No sabes cuánto he disfrutado leyendo "Mendel y los libros". Una auténtica delicia. Aunque me encanta rebuscar en los cajones de los puestos del Mercat de Sant Antoni, esta vez he ejercido de consumidor comodón y he comprado la edición de Acantilado. 9,90 por 53 páginas, reconozco que es caro (30 pesetas la página, uff!) pero a parte de ser una edición muy cuidada, atentos a la traducción de la última frase: "Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido." ¿No os parece una traducción mucho más acorde con el sentido general del relato? Yo ésta sí que la subrayaría, igual que Thornton. Fijaos cómo a El Pobrecito Hablador del Siglo XXI también le ha sonado rara la que tú nos traes que, entiendo, es la traducción de Juventud. Ya sé que a veces las editoriales sacan nuevas ediciones cobrando mucho y aportando poco, pero parece ser que en este caso Acantilado puede justificar el coste de las suyas gracias a buenas traducciones.

    Una vez más quiero destacar el gran interés que tienen para mí los comentarios que leo en este blog, sin duda estimulados por la enorme calidad de tus entradas. Un abrazo fuerte para todos y especialmente en esta ocasión para nuestro querido amigo Manrique que tantísimo ha aportado a esta y a otras entradas siempre, y cuyo nombre seguiremos oyendo cuando pases lista. Precioso el comentario de Isabel.

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  41. Lo que más me gusta es acertar en mis recomendaciones y saber que habéis disfrutado con este relato me produce un hermanamiento con vosotros.
    Revisando la traducción que nos traes, te tengo que dar nuevamente la razón Jose. Ofrece un nuevo sentido, un aliento mucho más poético y no tan cerrado. Por eso convine con Hablador que no era exactamento eso, aunque la frase fuera hermosa.
    Como se ha comentado por aquí, aunque El Acantilado mima mucho sus traducciones, su papel y en general tiene un catálogo exquisito, me duele cada vez que compro uno de sus libros. De hecho los libros más caros que he comprado en el mercado son de esta editorial, pero es que muchas veces no queda otra. Existen otras editoriales que también miman el libro y no se pasan tres pueblos (más teniendo en cuenta que hablamos de una tapa blanda).
    Comparto tu visión de lo que aquí se dice, pues yo también salgo muy enriquecido, pero añado tu voz como una de las más certeras y con las que más me identifico.
    A Manrique lo añoraremos todos el tiempo que esté fuera y en cualquier entrada que haga estará presente pues aún confío en que nos lea a escondidas. A Isabel ya se lo dije, tiene un arte especial para las respuestas y comentarios.
    Un abrazo grande Jose.

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