
Nadie puede olvidar esos anchos pantalones que John Wayne paseaba en su eterno cabalgar por Monument Valley, ceñidos por una risible cartuchera que el actor sabía dignificar; también recordamos esas ajustadas mallas medievales que con tan buen brío movía Errol Flynn en Robin de los bosques o reconocemos el sabio proceder de Tarantino vistiendo a sus sangrientos asesinos con impecables trajes negros. Cine y vestuario van indisociablemente unidos en el imaginario del espectador.
Y en la historia del diseño de vestuario hay un nombre destacado, quizás no sea el mejor pero si uno de los más prolíficos, creativos y profesionales. Su nombre es Edith Head, la más popular diseñadora de vestuario que tuvo Hollywood en sus años dorados. Durante más de treinta años, estuvo al frente del departamento de vestuario de la Paramount, diseñando y supervisando todos los trabajos. Gracias a su impulso y el de otros colegas de profesión, consiguió que a partir de 1948 se premiara la labor de los diseños de vestuario en los Oscar. Edith Head, sola o en colaboración, conquistó ocho estatuillas y estuvo nominada en más de treinta ocasiones.
Para Edith Head, el vestuario debía servir por encima de todo para ayudar a la historia y a los personajes; esa fue su gran aportación como diseñadora en el cine, pues supo ver el poder del vestuario en la psicología y tratamiento de los personajes, colaborando de manera cercana con actores y directores para resaltar detalles que apuntaban características importantes. En Eva al desnudo, Bette Davis luce un precioso vestido en la fiesta del cocktail en el que muestra sus hombros, resaltando la necesidad de parecer atractiva todavía frente al vertiginoso ascenso de su joven rival -que también muestra la evolución de su personaje a través del vestuario-. También se aprecia en la ropa creada para la decadente Gloria Swanson en El crepúsculo de los dioses, fascinantes vestidos de una diosa fuera de su época. Alfred Hitchcock, director siempre atento al trabajo de los buenos profesionales y admirador de la obra de Edith Head, colaboró con ella en películas como Los Pájaros, Marnie la ladrona, La ventana indiscreta o Atrapa a un ladrón -el trabajo que más satisfizo a la diseñadora por la elegancia de unos vestidos tan bien llevados por Grace Kelly y Cary Grant-. Pero un interés especial tiene su labor en Vértigo, donde el vestuario se convierte en parte fundamental de la narración; el personaje de James Stewart actúa como un fetichista que necesita recomponer a su Madeleine a partir de vestidos, calzado o peinado y de ahí esa maravillosa escena en la que Kim Novak aparece con su traje verde de entre los muertos, como nuevo objeto de deseo.
Brad Bird y la gente de Pixar le rindieron homenaje al crear el personaje de la diseñadora de trajes para superhéroes en la espléndida película de animación Los increíbles, con evidentes parecidos físicos. Mi pequeño homenaje es este vídeo que recoge alguna de sus famosas creaciones.
Y en la historia del diseño de vestuario hay un nombre destacado, quizás no sea el mejor pero si uno de los más prolíficos, creativos y profesionales. Su nombre es Edith Head, la más popular diseñadora de vestuario que tuvo Hollywood en sus años dorados. Durante más de treinta años, estuvo al frente del departamento de vestuario de la Paramount, diseñando y supervisando todos los trabajos. Gracias a su impulso y el de otros colegas de profesión, consiguió que a partir de 1948 se premiara la labor de los diseños de vestuario en los Oscar. Edith Head, sola o en colaboración, conquistó ocho estatuillas y estuvo nominada en más de treinta ocasiones.
Para Edith Head, el vestuario debía servir por encima de todo para ayudar a la historia y a los personajes; esa fue su gran aportación como diseñadora en el cine, pues supo ver el poder del vestuario en la psicología y tratamiento de los personajes, colaborando de manera cercana con actores y directores para resaltar detalles que apuntaban características importantes. En Eva al desnudo, Bette Davis luce un precioso vestido en la fiesta del cocktail en el que muestra sus hombros, resaltando la necesidad de parecer atractiva todavía frente al vertiginoso ascenso de su joven rival -que también muestra la evolución de su personaje a través del vestuario-. También se aprecia en la ropa creada para la decadente Gloria Swanson en El crepúsculo de los dioses, fascinantes vestidos de una diosa fuera de su época. Alfred Hitchcock, director siempre atento al trabajo de los buenos profesionales y admirador de la obra de Edith Head, colaboró con ella en películas como Los Pájaros, Marnie la ladrona, La ventana indiscreta o Atrapa a un ladrón -el trabajo que más satisfizo a la diseñadora por la elegancia de unos vestidos tan bien llevados por Grace Kelly y Cary Grant-. Pero un interés especial tiene su labor en Vértigo, donde el vestuario se convierte en parte fundamental de la narración; el personaje de James Stewart actúa como un fetichista que necesita recomponer a su Madeleine a partir de vestidos, calzado o peinado y de ahí esa maravillosa escena en la que Kim Novak aparece con su traje verde de entre los muertos, como nuevo objeto de deseo.
Brad Bird y la gente de Pixar le rindieron homenaje al crear el personaje de la diseñadora de trajes para superhéroes en la espléndida película de animación Los increíbles, con evidentes parecidos físicos. Mi pequeño homenaje es este vídeo que recoge alguna de sus famosas creaciones.